La investigación juega un rol determinante en el momento de posicionar los sabores de Ecuador. Como parte del Festival Mesabe, cerca de una decena de chefs dialogaron en torno a la identidad que surge a través de la cocina.
Cada cierto tiempo, los mercados de alimentos en EE.UU. se vuelcan hacia la promoción de un producto. Hace un tiempo fue el kale -col crespa- y luego la quinua. Ahora es el turno del coco.
La gastronomía quiteña eligió tres platillos insignia, de entre los 12 más representativos. El locro de papas, el canelazo y los higos con queso fueron seleccionados como productos infaltables en la carta de un local de comida típica quiteña.
La capital es una de las primeras ciudades en elegir los platillos que forman parte de su identidad gastronómica.
Redacción Espectáculos La corvina bañada en cebiche de concha y langostinos, las tortillas de verde, los llapingachos, los jugos y demás delicias del Mercado Central, y el hornado y el menudo de La Magdalena, dos mercados tradicionales de Quito, cautivan al periodista español especializado en gastronomía Ignacio Medina.
Los platos ecuatorianos no son las únicas creaciones que se adentran en la gastronomía local. La fusión de ingredientes nativos con platillos extranjeros aparece como una opción creativa, donde los chefs del país pueden experimentar y ampliar el campo de la oferta.
Cuando la gastronomía crea más allá de las fronteras, se realzan los sabores locales y extranjeros en un mismo plato.
El cebiche y las sopas ecuatorianas visitarán Washington de la mano del chef ecuatoriano Edgar León. El ganador del segundo lugar del concurso Gourmand World Cookbook Awards, con el libro ‘Sopas, identidad del Ecuador’, fue uno de los cuatro chefs invitados a un evento gastronómico y cultural organizado por la Casa Blanca.
Cuanto más se conoce la cocina de un pueblo, se puede conocer más a fondo a su gente. En ese sentido, compartir las costumbres arraigadas en la comida local es la experiencia culinaria que difunde Cooking Ecuador.
Edgar León, autor del libro 'Sopas, la identidad del Ecuador' –ganador del segundo lugar en la competencia mundial del Gourmand World Cookbook Awards- mostró su habilidad y conocimiento con las sopas ecuatorianas.
En un ambiente ‘cromado’ en el que dominan el gris reluciente y el blanco- rodeada de mesones metálicos, ollas, sartenes- María José Navarrete con precisión de cirujano coloca tres llapingachos miniatura en un plato pequeño rectangular y finaliza con seis puntos de reducción de ají.
María José Navarrete, estudiante de séptimo semestre de gastronomía de la USFQ, creó el menú como parte de su tesis.
Pazos se refirió a la cocina de autor y la cocina fusión, los platos tradicionales y la valorización de los productos regionales.
La ruta de la fanesca terminó. Pero, para el resto del mes, hay un nuevo recorrido para disfrutar de una de las recetas tradicionales en la comida quiteña, el ají.
La Sociedad Ecuatoriana de Gastronomía (SEG) quiere engranar a los actores involucrados en el sector gastronómico. Su oficialización se realizó el pasado 19 de marzo en el Yaku Parque Museo del Agua.
En la memoria quedan grabados los sabores de la comida de casa, por ello es posible recordar que desde niños -en la mesa ecuatoriana- antes de siquiera servir un plato, siempre ha estado presente un frasco de ají, esperando la comida ideal para sumarse al sabor.
El chef panadero Jürgen Spelier aceptó el reto de reemplazar entre el 10 y el 30% de harina de trigo por harina de plátano.
Comer es un ritual diario. Pero ‘sentarse a la mesa’ demanda un protocolo más elaborado. Y es que el ambiente familiar que gira en torno a esta actividad es lo que da lugar a un preámbulo de conversaciones que, por lo general, es agradable acompañar con un aperitivo.