A propósito de la entrega de la carta de naturalización a futbolistas extranjeros, es menester que hagamos algunas puntualizaciones:
La Constitución en su capítulo II, artículo 8, numeral 5, respecto a los ecuatorianos por naturalización, textualmente dice: “Las que obtengan la nacionalidad ecuatoriana por haber prestado servicios relevantes con su talento o esfuerzo”.
Amparados en este marco legal, los futbolistas extranjeros, persuadidos por sus representantes y en muchos casos, por los propios dirigentes de clubes, obtienen la naturalización. Es muy obvio, que el interés primordial es el de disponer de un cupo más para un jugador foráneo, el de prolongar su carrera profesional y, de pronto, una convocatoria a integrar la selección nacional, ya que por su nivel, no es posible que lo hagan en su país de origen. De esos casos, existe una extensa lista.
Como corolario de lo expuesto: serán servicios relevantes, el jugar fútbol, ganar un sueldo, en muchos casos, diez veces mayor al del Presidente. A mi criterio, estamos ofreciendo la nacionalidad a precio de “gallina flaca”, mientras nuestros compatriotas en el exterior, son víctimas de discrimen que rayan en la xenofobia.