Desde hace tres años, la participación de mujeres chachis radicadas en Santo Domingo empezó a tener eco. La primera aparición en público la hicieron en el encuentro de jóvenes chachis, que se organizó en el 2014.
Los chachis radicados en Santo Domingo de los Tsáchilas desarrollarán un encuentro intercultural denominado Suden kepe, el sábado 2 de julio de 2016 desde las 20:00.
El patio de la Escuela Abdón Calderón, donde funciona la Unidad Educativa Bilingüe José Espíritu Santo, se ha convertido en el escenario para que afros e indígenas convivan y aprendan más de la cultura de la nacionalidad Chachi.
El plan de vida de la nacionalidad chachi residente en Santo Domingo se plasmó en una agenda provincial que recoge sus metas y proyectos. Para los nativos, el documento es como un almanaque que los orientará en un territorio al que llegaron como migrantes de su natal Esmeraldas. Es el primer proyecto formal que se conoce en los 31 años que tienen en Santo Domingo.
La relación entre los chachis y tsáchilas hasta hace poco menos de dos años giraba sobre el comercio informal. Los primeros proveen sus artesanías a los nativos de Santo Domingo de los Tsáchilas, mientras que estos garantizan que la materia prima se asegure para esa producción.
Las casas construidas con caña guadúa se observan en las zonas ribereñas de Esmeraldas y hacia el sur, donde se extiende la población. También a lo largo del río Cayapas y Ónzole, en el norte de la provincia. Estas estructuras son hechas por carpinteros afroesmeraldeños y chachis, que conservan la técnica ancestral: altas y con techo de rampira.
La tradición oral es una de las principales formas de comunicación que la etnia Chachi emplea para contar sus costumbres y transmitir todas sus prácticas cotidianas.
Los tsáchilas y chachis residentes en Santo Domingo de los Tsáchilas anhelan que la letra del Himno Nacional del Ecuador, que fue traducida a sus idiomas, tenga una mayor acogida en sus comunidades.
Desde que los chachis migraron a Santo Domingo de los Tsáchilas, sus ocupaciones se vieron reducidas a la elaboración de artesanías y al empleo informal.
Los espacios laborales para la población chachi que reside en Esmeraldas son pocos para emplear su fuerza de trabajo. Quienes tienen títulos de tercer nivel en ingeniería comercial, administración de empresas, sociología, ingeniería forestal y educación inicial, en su mayoría, no tienen oportunidades para demostrar sus conocimientos.
Para los chachis, la Navidad significa exclusivamente la fiesta del Divino Niño. Se celebra con bailes, música y el champú, que es la bebida típica de los aborígenes radicados en Esmeraldas y en Santo Domingo de los Tsáchilas.
La lanza de pambil evocó a Chapiro Añapa la época cuando sus abuelos la utilizaban para pescar en el río Cayapas, en el norte de Esmeraldas.
El idioma de los chachis, conocido como Cha’palaa, llama la atención de los afroesmeraldeños que desde hace 14 años conviven con ellos en la isla Luis Vargas Torres, frente a la ciudad de Esmeraldas, cruzando el río del mismo nombre.
Debajo de las casas construidas con madera, caña guadúa y techo de rampira, las mujeres chachi elaboran sus artesanías para venderlas en los centros poblados de sus comunidades o en la ciudad. Tejen canastos, esteras, abanicos, floreros, adornos de mesa con dibujos de animales que están en su hábitat.
Las familias de 19 comunidades de las parroquias Atahualpa (chachi) y Telembí (afro), asentadas en el río Cayapas, son parte del proyecto de soberanía alimentaria que promueve la Prefectura de Esmeraldas, con el apoyo de la Corporación Alemana al Desarrollo y Agencia Belga de Desarrollo.
Ura Kepenusha es el saludo en cha’pala, que utilizan los dos jóvenes chachis para iniciar el programa radial. Significa buenas tardes.
A los jóvenes de la nacional Chachi también les gusta la salsa y el vallenato, además de su música ancestral que tocan en la marimba y el bombo.
En el caserío donde viven las familias chachis, los servicios básicos nunca han existido. En una letrina -cerca del sector- considerada comunitaria realizan sus necesidades 91 de las 128 personas del Pueblo Nuevo de los Chachis, asentado en el kilómetro 7 de la vía Santo Domingo - Quevedo. Hay otras cuatro letrinas pero la usan pocas familias.
Los Chachis buscan que el turismo sea una fuente de ingresos para sostener a sus familias
El sonido de la campana de la iglesia que está en medio de la comunidad de Punta de Venado anuncia el gran día de la fiesta del Niño Jesús.