Como cada 2 de noviembre, tres de los septuagenarios hermanos Montecé se reunieron con guitarra y requinto en mano para cantarle a sus padres pasillos, pasacalles, boleros y corridos y emprender un recorrido que incluye tres tumbas de hermanos y sobrinos en el Cementerio Patrimonial de Guayaquil y una más en el cementerio del vecino cantón Durán.