Un video que circula en redes sociales muestra cómo se castiga físicamente a niños de la parroquia Simiátug, de la ciudad de Guaranda.
Con un cuestionado ‘método’, Katherine (nombre protegido) ha criado a sus hijos. ‘La vara’ (de madera) le ha funcionado, afirma, para disciplinar a chicos, de 23, 17 y 2.
Un video de una mujer que vende un látigo para castigar niños generó polémica en redes sociales. La señora sostiene en su mano derecha el temido cabestro. La escena ocurrió en la Plaza Grande, frente al Municipio de Quito. Este instrumento se solía usar en tiempos pasados para castigar físicamente a los niños. Entre quienes se pronunciaron, está Sybel Martínez. Ella es la Vicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos de Niños y Adolescentes. La institución coordinó con la Agencia Metropolitana de Control para decomisar dicha herramienta. Cifras del 2015 muestran que el 38% de niños encuestados en Ecuador dijo haber sufrido maltrato extremo violento.
“A mí me pegaron y no me ha pasado nada. A nadie le hace daño un golpe para corregirlo”. “La chancleta con la que me pegaba mi mamá funcionó”. “Los niños de ahora son incontrolables y hace falta mano dura”. Esos son algunos comentarios que se escuchan y se leen en estos días, en el debate generado sobre el uso del castigo físico para disciplinar a niños y adolescentes.
Un proyecto de ley para frenar y prevenir el castigo corporal que reciben los niños en el país se tramita en la Asamblea Nacional.