En un rincón de la sala de juegos, Andrea (nombre protegido) se predispone a preparar sus platillos favoritos. Una cocina de plástico y el ingenio de una niña de apenas 9 años son los elementos necesarios para preparar un banquete en una de las habitaciones de Casa Paula. En el último mes, este lugar se convirtió en su refugio. Acá ella sonríe, crea y sueña, alejada de los abusos sexuales de la que fue objeto en su propio hogar.
En la Amazonía ecuatoriana, Casa Paula es un hogar que ofrece alimentación, terapias psicológicas y apoyo emocional a mujeres víctimas de maltrato.