Carlos Mina se entrenó la semana pasada en Quito, junto a la selección nacional que viajó el martes al Preolímpico de Argentina. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
Carlos Mina dice que está a cuatro combates de llegar a los Juegos Olímpicos. “Serán peleas muy fuertes, en América
hay boxeadores de mucha calidad”, dice con confianza. “Yo tengo lo mío, soy un rival difícil para cualquiera”.
El boxeador de 23 años es así, directo y contundente, como su estilo de pelea. Retornó de la gira por Europa luego de ganar dos medallas de oro, la primera en Bielorrusia y la segunda en Bulgaria, en el torneo más importante de ese continente, donde participaron selecciones de 52 países. Ecuador fue el único del continente americano.
“Fueron ocho combates muy difíciles, cuatro en cada torneo. De todos ellos me quedo con la pelea contra el ucraniano; la final en Sofía”. Se refiere al combate contra Oleksandr Khyzhniak, a quien le ganó por fallo dividido, 2-1.
Relata que su rival es un fajador, que le gusta la pelea en corto. “A mí también me agrada pegar dentro, pero había que buscar una estrategia para ganar. Yo gané el primer asalto y el segundo, él me ganó. En el tercero cambié, contraataqué y me moví en el cuadrilátero”.
Ganó el combate, la medalla de oro y el aprecio de la afición. “En esa parte de Europa gustan mucho del boxeo, la gente me respaldó y muchos entrenadores de las otras selecciones me desearon suerte para los Juegos Olímpicos, me ven ganador allá”.
Mide 1,90 metros y pelea en la categoría 81 kg. Su imagen de boxeador salta a simple vista, por su desarrollada
musculatura. Dice que su directo de derecha es pólvora. “Pego hasta que el rival me dice que ya no soporta más”. Pero aún tiene que perfeccionar su gancho.
Carlos Mina es el pugilista con mayores opciones de llegar a los Juegos Olímpicos. Esa meta sería la culminación de 10 años de trajinar como boxeador. “Todo comenzó en Puerto Quito. Tenía 13 años cuando nos fuimos a vivir a ese cantón. Allá hay mucha afición por el boxeo, se practica en la calle y en el gimnasio”.
Tenía curiosidad por probarse los guantes. Como una travesura infantil fue al gimnasio para calzárselos. “Me enamoré a primera vista”. Se quedó allí a entrenarse. Ahora es parte de las selecciones de Pichincha y de Ecuador, en el 2013 ganó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos y en el 2015 llegó a segunda ronda en los Juegos Panamericanos.
“Cuando subo el ‘ring’ siempre pido a Dios que me libre de un mal golpe, el resto me toca resolverlo a mí”. Pero además de su gran técnica, a Carlos Mina le gusta el “show”, como él lo describe. Para los Juegos Panamericanos pintó una línea amarilla en su cabello; en cambio, para este año, se cortó “a mate”. “Me gusta interactuar con la afición, el boxeo te brinda esa oportunidad y a mí me gusta lucirme”.
La semana pasada se entrenó en Quito junto con la selección. El martes Mina viajó al Preolímpico de Argentina, donde espera lograr el cupo a los Juegos Olímpicos. “Allá seguramente, serán cuatro combates. Espero alcanzar el objetivo, estoy seguro de hacerlo”.
En el Preolímpico que se realizará en Argentina desde mañana hasta el domingo se entregarán 25 cupos a Río.
Ecuador llevó una selección con nueve pugilistas entre los que destacan Miguel Ferrín, de Napo. En el torneo en Bulgaria logró la medalla de plata, luego de perder en la final frente al ruso Vitaly Dunaytsev, campeón del mundo en la categoría de 64 kg, por decisión unánime, 3-0.
“En las giras por esos países uno gana confianza. En los entrenamientos trabajamos mucho en el técnica, pero allá, con el ritmo de competencia, uno sube al ‘ring’ con mayor confianza ”, dijo Miguel Ferrín de la categoría 64 kg.