El vestir una camiseta deportiva, debe llenar de orgullo a un deportista. A más del orgullo debe tener el máximo respeto por la insignia de su club. Pero un buen porcentaje de deportistas, especialmente futbolistas profesionales, no tienen sentido de respeto ni de orgullo, y vemos con frecuencia cómo se sacan la camiseta y la golpean contra el piso. Esto a más de ser una falta de respeto al club y al público, está prohibido por los reglamentos y el futbolista se hace acreedor a una tarjeta amarilla, que creo que es una pena mínima; debería ser tarjeta roja y expulsión, pues el deportista no tiene el menor sentido de respeto ni al club ni a los espectadores.