El intenso sonido de la bocina, el rugir de los motores, los gritos de los vendedores y controladores de buses se suman al murmullo constante de la gente que a diario camina por el sector de El Recreo, un transitado lugar ubicado en el sur de Quito.
Cuando cae el sol, la fisonomía del corazón del Centro Histórico de Quito (CHQ) cambia radicalmente. Se bajan las persianas de oficinas y almacenes, se refuerzan las seguridades de portones y ventanales y el bullicio cotidiano da paso a un silencio que intimida.