La Secretería de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) entregó este jueves 23 de junio de 2016 un primer informe sobre biopiratería y promovió el Código Ingenios como mecanismo para evitar la apropiación indebida de los recursos genéticos endémicos del Ecuador.
La biopiratería es uno de los delitos que más atenta contra la naturaleza. Por eso en el Código Integral Penal se incluyó esta práctica, que hace referencia al uso ilegal del patrimonio genético del país y sus derivados.
A lo largo de la historia, los pueblos desde sus propias culturas y cosmovisiones han conservado, recreado, mejorado y usado la biodiversidad para satisfacer necesidades básicas como la alimentación, la vivienda, la medicina, la vida en comunidad y la ritualidad.
“En las comunidades indígenas de nuestro país, las personas ya compran aspirinas en la tienda local; ya no consumen sus plantas medicinales”, explica Andrés Calero, técnico biólogo de la Coordinación de Saberes Ancestrales de la Senescyt. El experto visita regularmente comunidades tanto de la selva como de la zona andina de Ecuador. Explica que hasta en las zonas rurales aparentemente ajenas a los procesos globalizantes, se están perdiendo las tradiciones ancestrales.