La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) anunció este viernes 23 de octubre del 2020 que las muestras recogidas por la sonda estadounidense Osiris-Rex sobre la superficie del asteroide Bennu son más que suficientes.
La sonda estadounidense Osiris-Rex contactó este martes de 20 de octubre del 2020 brevemente el asteroide Bennu y recogió muestras para devolver a la Tierra en 2023.
La misión Osiris-REx de la NASA batió el pasado 12 de junio del 2019 su propio récord y logró acercarse más que cualquier otra nave a un asteroide. En esta inédita aproximación logró captar imágenes nunca antes vistas de Bennu, el cuerpo que estudia.
Los asteroides son los ladrillos con los que se formaron los planetas y aquellos que no lograron unirse a uno de los ocho cuerpos de nuestro sistema solar viajan por el espacio, como es el caso de Bennu, del que ahora los investigadores han descrito características inesperadas: su superficie es un pedregal.
La NASA lanzó el pasado miércoles 6 de septiembre de 2016 el cohete espacial Osiris, con la finalidad de llegar al asteroide 101955, mejor conocido como Bennu. La misión es en esencia similar a la de la sonda Rosetta, que fue lanzada en 2014 para orbitar alrededor del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. En ambos casos, el propósito es recoger datos sobre elementos orgánicos que puedan dar una aproximación a la creación del Sistema Solar.