En la última década, el desarrollo urbanístico de la capital cañarense fue mínimo. Según datos de la Dirección de Planificación del Municipio, hasta el año pasado la tasa anual de crecimiento de la ciudad era del 1%, pero se avizoran cambios importantes.
El área urbana está compuesta por 1 317 hectáreas distribuidas en siete zonas. Dentro de ellas están las de expansión urbana: Charasol, Uzhupucún y La Playa, asentadas a lo largo de la Panamericana con dirección a Cuenca, hacia donde crece la ciudad en los últimos cinco años.
Allí hay grandes viviendas rodeadas de huertos de hortalizas y frutas. “La mayoría de propiedades fue financiada con remesas”, señaló Pablo Abad, director de Planificación del Municipio.
De acuerdo con el Plan de Ordenamiento Territorial, solo el 53% del territorio urbano está ocupado y su uso total está proyectado a 50 años. En Azogues hay 72 054 habitantes y hasta el 2024 se prevé que sean 79 383.
Abad explicó que el actual crecimiento es disperso e incide en la cobertura de los servicios básicos. Solo el 60% de la población urbana consume agua potable y tiene alcantarillado. En electricidad y telefonía están mejor servidos.
Pero según el funcionario, la actual inversión del Gobierno en la construcción pública acelerará el crecimiento. En Javier Loyola, en la antigua Panamericana, se construye la infraestructura de la Universidad Nacional de Educación para la formación de docentes.
Muy cerca de allí, en el sector de La Playa, se levanta el edificio matriz de la Secretaría Nacional del Migrante. Entre ambas obras se invierten más de USD 7 millones. También se realiza el asfaltado de la nueva avenida 16 de Abril y el IESS tiene previsto ejecutar un proyecto de vivienda.
Al director de Agua Potable y Alcantarillado, Marcelo Vázquez, le preocupa la construcción de esas obras. Según él, no han sido planificadas con el Municipio para coordinar inversiones en obras de necesidades básicas.
En la parroquia Javier Loyola, por ejemplo, solo el 35% del área tiene alcantarillado y agua potable. Algunos habitantes se sirven de la red principal de agua que abastece a la urbe y otros de sistemas.
José Lema vive en esta parroquia y utiliza pozos sépticos. En la zona las familias viven de los pequeños huertos agrícolas. “Hemos gestionado el alcantarillado, pero nos dicen que debemos esperar”.
En Javier Loyola y La Playa también hay urbanizaciones. Rosario Calderón contó que en años anteriores en La Playa se levantaban cinco casas por año, en promedio, y “ahora es mucho mayor”.
Según Abad, el crecimiento que tenía la capital cañarense era desordenado y con la actual implementación de los planes de desarrollo las cosas han mejorado. “Lo hicimos para planificar y ordenar el crecimiento de la urbe, por todo lo que se viene”.
Para este año, el Municipio de Azogues tiene previsto invertir USD 4 millones en obras de saneamiento ambiental.
Entre los proyectos se priorizó la segunda fase de los colectores marginales del río Burgay, que atraviesa la ciudad. Además, ampliar las redes de alcantarillado y mejorar algunos sistemas de agua.
Miguel Cuenca, presidente de la Federación de Barrios de esta ciudad, también cree que Azogues tiene buenas perspectivas de desarrollo en el futuro con la llegada de instituciones estatales. “Sin embargo, se debe recordar que todos los gobiernos quedaron en deuda con esta ciudad”.
Según Mauro Suárez, presidente del barrio Santa Bárbara, como dirigentes barriales participan en las reuniones de planificación donde priorizan las obras de acuerdo con el mayor beneficio colectivo.
El dirigente dice que de esta forma han avanzado en el mejoramiento de calles y en el cambio de tuberías de agua potable.
Para Abad, director de Planificación del Municipio, dentro del actual crecimiento es importante coordinar algunos proyectos de infraestructura básica con las autoridades de Cuenca. “Esto porque las ‘ciudades satélites’ precisamente están hacia el sur, en el límite con la capital azuaya”.
Más sobre el desarrollo
Los funcionarios de la Municipalidad de Azogues trabajan en el reemplazo de las redes de agua potable. Se cambia los de asbesto cemento por los de plástico, en los barrios urbanos.
También se da prioridad al mejoramiento de los espacios públicos y la recuperación de las márgenes del río Burgay, que cruza la ciudad.
En la actualidad, están en estudio 14 kilómetros de vías urbanas para ser mejoradas por la Dirección de Obras Públicas. En algunos casos incluye el mejoramiento de las obras básicas.
En la capital cañarense no existen nuevas inversiones para instalar industrias. Los habitantes viven de la agricultura, ganadería y actividades artesanales, en menor escala.