La ayuda humanitaria de cinco colectivos juveniles llegó a 27 comunidades indígenas de Riobamba

La alegría y eficiencia de los jóvenes que llegaron con donaciones, medicinas, juegos recreativos y atención médica a 27 comunidades indígenas de Riobamba, le imprimió energía a la primera campaña humanitaria integral que se realizó en Flores, una parroquia situada en la cordillera andina del Ecuador.

Los niños reían mientras participaban en entretenidas dinámicas grupales que dirigían los voluntarios de la Cruz Roja Juvenil de Chimborazo. Ellos y los integrantes de otros tres colectivos se sumaron a la iniciativa de la organización Southem Singles Ministry, de Tennessi, Estados Unidos.

Este fue el décimo cuarto año consecutivo que la organización extranjera entrega ayuda humanitaria en el Ecuador, pero fue la primera vez que contó con el apoyo de los jóvenes de Riobamba. “No hubiéramos podido hacer nada sin estos chicos. Ellos son ágiles y nos sorprendió que estuvieran tan bien capacitados en el manejo de temas de salud, prevención de enfermedades y recreación infantil”, dijo Linda Ziesmer, coordinadora del proyecto.

En seis días de actividad intensiva, los voluntarios esperan atender a 1200 personas en diversas áreas como fisiatría, podología, fisioterapia, medicina general, nutrición, laboratorio clínico y salud sexual y reproductiva.

En el centro parroquial de Flores los correteos se inician a los 08:00. Un grupo de voluntarios trabaja con los niños pequeños, mientras otros jóvenes dan masajes, lavan los pies y cortan las uñas de los más ancianos.

Los jóvenes voluntarios de Cruz Roja, Sociedad Forjadora de Esperanza, del Instituto Stanford, Cemoplaf y el Consejo Nacional de Jóvenes trabajan en dos turnos para cubrir las nueve horas diarias de trabajo. Ellos acuden a las comunidades después de sus jornadas académicas en sus colegios y universidades.

Nina Guamán, por ejemplo, dejó su mochila y se colocó el chaleco de la Cruz Roja Juventud. Ella llevó del brazo a las personas ancianas hasta el consultorio de los médicos generales. Utilizó sus conocimientos del kichwa para traducir los síntomas y dolencias de los pacientes que no hablan español, y las instrucciones del médico.

“Fue una experiencia hermosa trabajar con la gente de Flores. No obtenemos ninguna recompensa económica por nuestro trabajo, recibimos una recompensa mucho más valiosa al ayudar a la gente necesitada”, cuenta Guamán.

En las jornadas gratuitas de salud y prevención de enfermedades prevalentes, que se extenderán hasta este viernes 3 de julio del 2015, participan 90 voluntarios de las cuatro organizaciones juveniles y otros seis extranjeros de Southem Singles Ministry.

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