Un Airbus A380 de la compañía aérea australiana Qantas, con 466 personas a bordo, efectuó ayer un aterrizaje forzoso en Singapur después de tener problemas en un motor en pleno vuelo. Se trata del primer incidente de tal gravedad en el avión de pasajeros más grande del mundo.
Qantas, una de las cinco compañías que cuentan con aviones A380, anunció de inmediato la decisión de inmovilizar en tierra las seis aeronaves que posee. El resto de las compañías con este tipo de aparatos no tomaron la misma decisión, tras el incidente calificado de “significativo” por la empresa Airbus.
Por el contrario, la compañía británica Rolls Royce recomendó revisar los motores Trent 900, del mismo tipo que el dañado.
Según Rolls Royce, dos de cada tres compañías que han pasado pedidos de A380 al fabricante europeo Airbus han optado por la versión equipada con motores Trent 900. Ninguno de los 440 pasajeros y 26 tripulantes resultó herido en el aterrizaje del vuelo QF32 en el aeropuerto Changi de Singapur.
El Airbus tuvo problemas seis minutos después de despegar de Singapur rumbo a Sidney, cuando sobrevolaba la isla de Bataan, situada en Indonesia pero muy cerca de la ciudad-Estado. Ulf Waschbusch, pasajero de nacionalidad alemana, contó haber “oído un ruido de explosión”. “Miré por la ventana y vi algunas llamas” en el ala izquierda. Luego el avión “voló en círculo durante casi dos horas para evacuar el combustible. A bordo, todo el mundo estaba muy tranquilo. Nadie se alteró”.
El Airbus A380 es el avión de pasajeros más grande del mundo, con una capacidad para transportar a 520 personas, que pueden llegar a 900 lugares en su versión charter. Entró en servicio en 2007, mide 73 metros y tiene una apertura alar de 80 metros. El súper Jumbo es construido, al igual que los demás Airbus, en Gran Bretaña, Alemania, Francia, España e Italia.