Lo que comenzó como un aparente círculo 'new age' australiano dedicado a la meditación y al yoga se convirtió, con el pasar de los años, en una sórdida secta que encerraba y drogaba a los niños, con miras a tener una colonia de humanos para repoblar la Tierra. Los integrantes del grupo creían fervientemente en una inminente destrucción del planeta.