El Atacazo esconde algunos tesoros

El Atacazo tiene una altura de 4 455 msnm. Es parte de un complejo volcánico. Foto: Alfredo Lagla / VIAJAR

El Atacazo tiene una altura de 4 455 msnm. Es parte de un complejo volcánico. Foto: Alfredo Lagla / VIAJAR

El Atacazo tiene una altura de 4 455 msnm. Es parte de un complejo volcánico. Foto: Alfredo Lagla / VIAJAR

En las estribaciones del Atacazo se esconden varios tesoros e historias que van desde los rastros de caminos ancestrales, potentes erupciones volcánicas, accidentes aéreos y, además, un corredor de aves migratorias de los Andes.

En las faldas del Atacazo está Tambillo, poblado que acumula gran historia en cada rincón, ya que fue el sitio de descanso de quienes avanzaban hacia Quito a través del Qhapaq Ñan o Camino del Inca. Con el paso del tiempo, se convirtió en el sitio de descanso de las antiguas diligencias y carretas, hasta que la llegada del ferrocarril transformó todo.

En Tambillo Alto, en cambio, la neblina que proviene del Chocó se mezcla con las corrientes frías de aire que vienen de los Andes centrales, para generar humedad y microclimas, que permiten una biodiversidad que se diferencia a la existente al otro lado de la cordillera, como el Cotopaxi, el Pasochoa, el Rumiñahui, etc.

Las orquídeas y góngoras que se encuentran allí difieren incluso de las que se encuentran en el noroccidente de Pichincha. En Tambillo Alto se han identificado 32 especies de colibríes que viven allí. Al ser un lugar de paso de aves migratorias, se lograron contabilizar 270 especies que cruzan por este lugar, entre ellas el colibrí gigante o Patagona gigas. En las partes altas del Atacazo, también se pueden observar nidos de cóndores.

Los últimos 20 meses ha permanecido en Sierra Alisos una especie amenazada, la gralaria gigante, que es considerada rara y enigmática. Tiene una longitud entre los 24 a 28 cm y su presencia da cuenta de una alteración en el clima, ya que estas aves siempre permanecían en pisos climáticos más cálidos.

Detrás del Atacazo existe la caldera volcánica del Ninahuilca, de la cual se calcula que su última erupción fue hace 2 300 años y se presume que fue una de las más fuertes del hemisferio sur.

El Atacazo también fue escenario de un accidente aéreo. El 7 de noviembre de 1960, un avión Fairchild F27 de la compañía Área -proveniente de Guayaquil- se estrelló contra la cumbre del volcán; sus 37 ocupantes murieron. Partes del fuselaje de aquella aeronave aún permanecen allí, debido a que fue difícil retirarlos en esa época.

Para hospedarse en Tambillo Alto, los precios van desde los USD 70 por pareja hasta 150 en suites.

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