Santiago Estrella, Red. Política.
Los gobiernos de Ecuador y Argentina pusieron en marcha una alianza mediática.
Desde mañana, las agencias Andes – que está en proceso de constitución con el auspicio de la Presidencia de la República- y Telam, que pertenece al gobierno de Argentina, compartirán información que se genere en los dos países. Así confirmó Marco Antonio Bravo, subsecretario de Nuevos Medios de la Presidencia.
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tiene la agencia de noticias estatal de Argentina. Posee corresponsales en todo el país.
“Se seleccionarán dos o tres noticias, las más importantes del día y se difundirán en los dos países”, explicó Bravo. La entrega de información es parte del convenio de cooperación, que suscribieron los gobiernos de los dos países.
Hace tres semanas dos funcionarios de esa dependencia de Carondelet (los subsecretarios Marco Antonio Bravo y Carolina Espinosa) llegaron a Buenos Aires para conocer esa experiencia.
Este Diario intentó en reiteradas oportunidades dialogar con su director, Martín Granovsky, para conocer en qué consistía el asesoramiento que ha dado. Nunca respondió y como dijo un redactor de Telam: “Tampoco pienses que te va a atender”.
No obstante, en la sociedad argentina, esta agencia de noticias estatal es catalogada como gobiernista. “Llevo más de 15 años en la agencia y nunca como en este Gobierno la gestión de los periodistas se ha visto complicada. En todos los gobiernos anteriores, lo que se pedía era respeto a la investidura presidencial, pero había piedra libre para tratar todos los temas. Aunque últimamente ha habido cierta apertura, no todos son tratados con la misma objetividad que todo
periodismo debe tener: la voz oficial y la voz opositora, las distintas fuentes”, dice uno de sus redactores, quien pide estricta confidencialidad para hablar del tema.
Aunque reconoce que “es necesario que haya medios del Estado, porque si no lo tiene es difícil que pueda difundir sus actos de gobierno”, pero hay que diferenciar entre lo que es un medio estatal y cómo se lo ha confundido como un medio del gobierno”, añade. Es aquí cuando reconoce lo que en Argentina se conoce como “bajada de línea” o lo que es más conocido como política editorial.
“Tiene que haber un grado de coherencia. Si este Gobierno tiene relaciones internacionales afines con Venezuela, Ecuador y Bolivia, es difícil que los periodistas escriban como en otros medios que es una mala idea el unirse a esos gobiernos”, dice.
“No sabemos de dónde vienen las directrices, si del propio Granovsky, si de la Secretaría de Medios, de la cual es dependiente, o de alguna figura superior del Gobierno. Y es una lástima porque hace un buen tiempo, en los diarios del país, leían los cables de las otras agencias argentinas (DyN y Noticias Argentinas), pero siempre esperaban conocer qué tenía que decir Telam. Ahora se ha perdido esa credibilidad”.
Otro periodista, que también pidió su anonimato, apunta a casos concretos. “Fíjate en todos los despachos sobre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Todos están totalmente en contra y es obvio porque Mauricio Macri, el jefe de Gobierno, es una figura opositora al kirchnerismo”.
El presidente Domingo Perón la fundó con el objetivo de terminar con la hegemonía que mantenía la agencia estadounidense Associated Press. Han sido sucesivos gobiernos los que han querido desmantelar la empresa que, al estar bajo la autoridad de la Secretaría de Medios, dependiente del Ejecutivo, se encarga de la pauta oficial, que últimamente ha sido cuestionada por discriminar la publicidad a favor de los medios que se muestran favorables.