El ascenso

Esta mañana quería contarles que acabo de terminar de leer 'Mussolini y el Ascenso del Fascismo' (Barcelona, Crítica, 2008) de Donald Sassoon, nacido en El Cairo, profesor de historia europea comparativa de la Universidad de Londres-Queen Mary y también autor de 'Cien Años de Socialismo' y 'Cultura, el Patrimonio Común de los Europeos'. Sassoon ha colaborado con los periódicos The Guardian, The Independent y también con el Financial Times.

Por si les interesa el tema italiano reproduzco algunos pasajes del libro: "En 1923 fue abolido el sistema de representación proporcional, que solía ser la causa de la fragmentación parlamentaria, y se proyectó un nuevo sistema electoral con el fin de garantizar una mayoría aplastante a la coalición triunfadora…La ley establecía que la lista electoral que obtuviera más votos (no necesariamente una mayoría) ocuparía dos tercios de los escaños del Parlamento. Si se trataba de una coalición de varios partidos, el mayor obtenía más escaños…Nuevas leyes e instituciones pusieron fin al viejo sistema liberal, un tribunal especial formado por jueces armados de legislación retroactiva intimidó a la escasa oposición que quedaba y las restricciones a la libertad de prensa amordazaron a los pocos periódicos independientes que sobrevivían…En unos pocos años, los antiguos partidos políticos que habían gobernado Italia fueron disueltos mediante una nueva legislación pertinente redactada por el jurista nacionalista Alfredo Rocco. Los sindicatos se vieron forzados a unirse a la Confederazione Nazionale dei Sindicati Fascisti, se creó un Tribunal Especial para la defensa del Estado que se encargaba de los opositores y disidentes, la prensa fue amordazada, se estableció una policía secreta (Organizzazione di Vigilanza e Repressione dell´Antifascismo), que implantó un nuevo código legal y los libros de texto quedaron bajo un estricto control estatal… En el décimo aniversario de la marcha [sobre Roma], se abrió en Roma la Mostra della Rivoluzione Fascista: carteles, cuadros, fotografías y documentos históricos describían los acontecimientos que habían desembocado en la toma del poder por Mussolini y los logros de su régimen." "El desarrollo de los acontecimientos se debió a una peculiar coyuntura en la que, a diferencia del ajedrez, ningún participante podía planear de antemano su siguiente jugada en función de ciertas normas acordadas en la que cada uno ha de respetar su turno y únicamente están permitidos determinados movimientos. Igual que en todas las grandes partidas políticas, la crisis italiana de 1922 puso en escena a una multiplicidad de actores sin reglas fijas, sin divisiones claras entre amigos y enemigos y sin jugada evidente. Solo después, una vez disipado el polvo, pudieron las partes contar las bajas y los puntos, renegar de los movimientos en falso o felicitarse por su coraje y su suerte."

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