Aún persiste en el ambiente político ecuatoriano el regocijo luego de la apertura de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Más allá de las diferencias ideológicas -el Presidente estadounidense dejó también en claro que seguirán bregando por las libertades y la democracia en la isla-, todos los sectores políticos han celebrado el eventual fin del bloque de más de cinco décadas.