Una jornada sesentera para apoyar a las personas con alzhéimer

Una casa abierta ambientada en los años 60 se lleva a cabo en las instalaciones de la fundación TASE en Tumbaco. Foto: Valentín Díaz / EL COMERCIO

Una casa abierta ambientada en los años 60 se lleva a cabo en las instalaciones de la fundación TASE en Tumbaco. Foto: Valentín Díaz / EL COMERCIO

Una casa abierta ambientada en los años 60 se lleva a cabo en las instalaciones de la fundación TASE en Tumbaco. Foto: Valentín Díaz / EL COMERCIO

Los años 60 fueron la época de Frank Sinatra, Elvis Presley, Marilyn Monroe y Julio Jaramillo. Por aquellos años, los adultos mayores de ahora estaban en plena juventud. Por esta razón, la fundación TASE, que trabaja con pacientes de alzhéimer, realiza una casa abierta ambientada en esta mítica década.

Este sábado 24 de septiembre de 2016 se realiza la tercera edición de la casa abierta de la institución, en la cual los pacientes, familiares y público en general tienen previsto realizar actividades de dispersión en las instalaciones, ubicadas en el sector El Arenal de Tumbaco, en Quito.

Los participantes realizan un recorrido retro, que comienza en un pequeño puesto donde se cambian sucres. Los visitantes pueden comprar algunos ítems en la moneda que se utilizó en el país hasta 1999. Las familias continúan el paseo y los voluntarios de la fundación explican algunas actividades cotidianas que efectúan los pacientes.

Las despensas de la cocina, así como los armarios y cajones que se hallan alrededor de la casa están rotulados con el nombre y hay pictogramas del tipo de utensilios que se hallan dentro. Esto es un apoyo para que los adultos mayores puedan recordar con mayor facilidad dónde se encuentran las cosas que necesitan.

Las paredes del lugar están decoradas con afiches de figuras de los años 60. Personajes como Marilyn Monroe y Elvis Presley recrean una era llena de glamour y nostalgia. Cecilia Ordóñez, directora del centro alzhéimer de la fundación, explica que "es importante que ellos (los pacientes de alzhéimer) sientan que pueden recordar cosas importantes de su vida. Eso les mejora mucho la autoestima y les da mucha alegría. Al recordar, ellos realizan un ejercicio mental muy importante".

El alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, que suele presentarse a partir de los 65 años de edad. "La medicina ha hecho muchos esfuerzos por cuidar nuestra salud; hoy en día vivimos mucho más tiempo y entonces vamos a tener cada vez más gente que tenga esta enfermedad, que en un 60 o 70% de los casos es de demencia", asegura Cecilia Ordóñez. Por tanto, agrega, es necesario aumentar los esfuerzos en cuanto a investigación y apoyo para los pacientes diagnosticados.

En los jardines, los adultos mayores se toman fotos con imitadores de Marilyn Monroe y Cantinflas. También juegan con un jenga gigante, intentando remover las piezas y ponerlas sobre el tope de la torre, intentando que no se desplome. Un rompecabezas gigante ayuda a que los visitantes mejoren sus capacidades cognitivas.

Sesiones de bailoterapia se realizan para motivar la actividad física en las personas de la tercera edad. En el escenario principal se juntan los visitantes para escuchar una banda que toca rock n' roll sesentero y otros géneros clásicos de la era.

Según Ordóñez, el alzhéimer puede afectar a siete miembros del entorno familiar de una persona. “Logrando un equilibrio en la familia, una aceptación o una ayuda, amándole más al adulto mayor, haciéndole sentir útil y motivándole para que haga actividades, estamos haciendo un buen trabajo”, asegura. El papel de la familia se vuelve crucial, “porque el amor no se borra” en los pacientes, concluye Ordóñez.

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