El debate político salió de las aulas y el ambiente académico para insertarse en un restaurante, en medio de sorbos de bebidas y algo de picar. Al menos esta es la propuesta que tiene el Observatorio de Derechos y Justicia y la organización Academia de Innovación para la Sostenibilidad (AISO).
Una de las claves de las alitas está en la diversidad de ambientes donde se las puede consumir. Son bocaditos propios de los bares deportivos, pero también se pueden comer en espacios para la familia. Su versatilidad ha permitido que los locales proliferen alrededor de este sencillo producto, el cual se destaca también por la variedad de salsas con las que se puede acompañar.