Un mayor consumo de alimentos y bebidas ultraprocesados se asocia con una mayor acumulación de adiposidad visceral y general relacionada con la edad, según un estudio realizado por investigadores del Ciber de Obesidad y Nutrición (Ciberobn) en la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Illes Baleares (IdISBa).
Mientras el teletrabajo y el cuidado de los niños en casa se fusionaron durante estas vacaciones, miles de personas buscan opciones rápidas para preparar los alimentos diarios. Para facilitar esta tarea, hombres y mujeres recurren a los procesados y ultraprocesados.
La inocuidad de los alimentos se ha convertido en un factor determinante para la competitividad en mercados internacionales.
Que las personas vivan más años alejadas de enfermedades como la obesidad, la diabetes o la desnutrición es el objetivo de científicos, ingenieros, nutriólogos y demás especialistas que están detrás de la fabricación de alimentos. Así lo expone Mariana Díaz, Coordinadora Nutrition Network zona Américas de Nestlé.
Ha pasado un día desde que se escuchó la ‘mala noticia’ y la gente aún sigue preguntándose si dejará o no de comer carnes rojas y carne procesada.
Los alimentos ultraprocesados son motor de la epidemia de obesidad en América Latina, según un informe difundido hoy, 1 de septiembre, de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Todavía falta cumplir con la mitad de lo que estaba previsto para la jornada y el estómago se queja. Es hora de comer pero el trabajo no está terminado. Se encuentra en la oficina, la calle, la universidad, no tiene tiempo para cocinar y busca lo primero que encuentra para saciar el hambre. Una hamburguesa o unas papas resultan más rápido y un caramelo para endulzar la boca. Luego, en casa, rebusca en la despensa y encuentra un cartón de fideos que se preparan al instante: es lo más fácil para cocinar sin tanto esfuerzo.