Otra vez, la enésima, se anunció el fin del mundo. Muchos lo creen; otros lo consideran una torpeza propia de las mentes crédulas. Pero la idea de que este lugar en donde vivimos un día terminará está presente en los seres humanos, sobre todo en los que siguen la tradición judeo-cristiana y musulmana. Y Alan Cathey, a quien en su condición de ateo le interesa la religión, le llama demasiado la atención -y también le preocupa- esta idea catastrófica del fin de los tiempos.