Un plazo de 10 años para acabar con el hambre en África

Mujeres de Somalia desplazadas por conflictos en Africa. Foto: Archivo

Mujeres de Somalia desplazadas por conflictos en Africa. Foto: Archivo

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Aunque las economías de África se encuentran entre las de mayor crecimiento del mundo, cientos de millones de africanos viven por debajo de la línea de pobreza de 1,25 dólares al día, un factor clave en el hambre generalizada que afecta al continente.

Uno de los temas principales discutidos en la 24 Cumbre de la Unión Africana, que concluyó en la capital de Etiopía el 31 de enero, fue la seguridad alimentaria en el marco de desarrollo hacia la Agenda 2063, una serie de metas que el continente deberá alcanzar para esa fecha.

La seguridad alimentaria es un elemento importante de la Agenda 2063 y, dado que el hambre es una de las preocupaciones más acuciantes del continente, el programa prioriza las transformaciones socioeconómicas necesarias para su erradicación, como brindarle a la gente las habilidades necesarias y crear empleos para mejorar sus ingresos y sus medios de vida.

En el frente agrícola se pone énfasis en la expansión de la producción alimentaria y  facilitar el intercambio comercial dentro de África, con el fin de limitar la importación de alimentos.

El objetivo general es acabar con el hambre a nivel continental en la próxima década.

Acabar con el hambre también ocupó un lugar destacado en las actividades de la Unión Africana en 2014, ya que el organismo lo declaró "Año africano de la agricultura y la seguridad alimentaria", y los jefes de Estado y de gobierno africanos también aprobaron la Declaración de Malabo sobre el "Crecimiento agrícola acelerado y la transformación de la prosperidad compartida y medios de vida mejorados".

Al mismo tiempo se puso en marcha la Alianza renovada para una estrategia unificada para acabar con el hambre en 2025, en el marco del Programa Integral de Desarrollo Agrícola de África (CAADP, en inglés).

La asociación es una iniciativa conjunta de la Unión Africana, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Instituto Lula, la Nueva Alianza para el Desarrollo de África, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, el Banco Mundial, el Programa Mundial de Alimentos y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

Las estadísticas confirman que el hambre en África es real. La FAO calcula que una de cada tres personas en África subsahariana están desnutridas, pero la responsabilidad no solo recae en la pobreza.

Otro obstáculo en el camino para acabar con el hambre es el cambio climático mundial, que afecta a las tierras de cultivo y destruye las cosechas de los agricultores en todo el continente.

Para colocar el tema de la tierra en la agenda del desarrollo, la FAO designó a 2015 el Año Internacional de los Suelos, en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo y en colaboración con la secretaría de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.

El objetivo es sensibilizar a la población y aumentar la comprensión de la importancia que tiene el suelo para la seguridad alimentaria y las funciones de los ecosistemas esenciales, incluidas la adaptación al cambio climático y su mitigación.

El cambio climático influye de gran manera en los medios de subsistencia de los pequeños agricultores, especialmente vulnerables. Las sequías, inundaciones y otros desastres ambientales hacen que las personas expuestas tengan más dificultades para sostener sus medios de vida o incluso pensar en aumentar su productividad agrícola.

Según Sipho Mthathi, directora ejecutiva de la organización humanitaria Oxfam Sudáfrica, el sistema alimentario mundial es esencialmente injusto.

"Eso significa que, por un lado, los países tienen la capacidad de producir suficiente comida para alimentarse y alimentar al mundo, pero la producción de alimentos es controlada y limitada por las empresas transnacionales. Hace falta mucho apoyo, sobre todo para los pequeños productores en el continente", señaló en diálogo con IPS.

"Esto significa que el potencial de África está socavado", subrayó.

Mientras tanto, los estados miembros de la Unión Africana parecen lidiar con la necesidad de expresar el crecimiento económico del continente en políticas que beneficien a la población en general. La organización panafricana y sus países fueron criticados por la lentitud en la aplicación de las declaraciones y demás acuerdos firmados.

Erastus Mwencha, vicepresidente de la Comisión de la Unión Africana, dijo a IPS que en el pasado se aplicaron muchas iniciativas para garantizar el acceso a los alimentos, tales como tener marcos listos que garanticen la capacidad de recuperación cuando los países padecen sequías. Gracias a los acuerdos alcanzados en 2014 hay claras mejoras en el sector de la agricultura, afirmó.

"La agricultura está recibiendo prioridad en los presupuestos y planes de acción de los Estados miembros. Vimos una inyección de inversiones en la agricultura, tanto de los… gobiernos como del sector privado", indicó.

"Y también hemos visto que varios países alcanzaron niveles más altos de nutrición, lo que indica que, ahora que la agricultura adquirió una mayor prioridad, mejoró la inversión en la seguridad alimentaria", sostuvo el funcionario.

Tacko Ndiaye, responsable de Género, Equidad y Desarrollo Rural de la FAO en África, cree que la erradicación del hambre podrá alcanzarse en una década.

"Es algo realista si están la inversión, las capacidades, el mecanismo institucional, las alianzas. Son objetivos muy realistas, pero todas esas dimensiones tiene que estar", advirtió.

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