La adicción al sexo es un problema psicológico que puede traer graves consecuencias sobre la vida y relaciones sociales de quienes la padecen. "Mucha gente usa el sexo de vez en cuando para escapar del estrés, esto es algo normal. El problema es que para estos pacientes se trata de una conducta constante, que se intensifica hasta tal punto que el deseo sexual controla todos los aspectos de sus vidas, y, además, se sienten impotentes en sus esfuerzos por cambiarla", explicó Rory Reid, psiquiatra estadounidense y autora de un informe publicado en la revista Journal of Sexual Medicine.
Practicar sexo no es solo una actividad vinculada al plano del placer, ya que la frecuencia de esta actividad determina la buena o mala salud. La falta de actividad en esta área puede afectar a una persona de muchas formas, a nivel físico y emocional.
Cada pareja tiene su horario de preferencia. Las relaciones sexuales por la noche son las más comunes. Sin embargo, comenzar el día teniendo sexo podría otorgar las energías necesarias para un buen despertar.
Cuando se lleva un largo tiempo con una misma persona, en una pareja puede suceder que la pasión se vaya atenuando, que el apetito sexual decaiga y que las relaciones íntimas pasen a ser una práctica rutinaria. Con los años, el sexo se transforma y deja de ser igual que como era al inicio de la relación.
Una relación libre de compromiso, sin sentimientos involucrados, sólo para vivir a pleno la sexualidad comúnmente conocida como "amigos con beneficios" parece la fantasía de muchos pero no siempre viable.
La NASA colocó el tema sobre la mesa desde hace décadas. La discusión ubica a diferentes actores con variadas opiniones. Allí, la agencia estadounidense que se encarga de llevar a cabo las misiones e investigaciones aeronáuticas y aeroespaciales fue contundente: "No es imposible tener sexo en el espacio, pero sí es muy peligroso".
El concepto de heteroflexibilidad se impone en este momento como una de las orientaciones más comunes entre los Millennials y que tiende a perdurar en la edad adulta.
Independientemente de si una persona está soltera o en pareja, proponerse alcanzar un orgasmo al día puede ser difícil. Sin embargo, en pos de la salud, es altamente recomendable hacerse un espacio de tiempo para disfrutar de buenas y placenteras relaciones sexuales.
El sexo anal se inscribe dentro de las prácticas alternativas. Para algunos considerado como prohibido e insalubre. Sin embargo, la fisiología con sus mecanismos benéficos le está ganando la batalla a los preconceptos.
La sexóloga británica Trecey Cox divulgó un listado de las 15 frases que evitar mientras se está teniendo un momento de pasión en pareja.
El orgasmo puede definirse como una descarga de tensión física acompañada de una intensa sensación de placer conocida como clímax. A diferencia del orgasmo masculino, la respuesta femenina no es lineal como se presenta en los hombres (deseo, excitación, meseta para terminar en el orgasmo) y puede alcanzarse de diversas maneras, no sólo a través de la estimulación directa.
De cortesía, de amistad, o de amor, los besos son demostraciones de afecto de la vida cotidiana. Cómo olvidar el primer beso, único e inolvidable, una mezcla de ansiedad, felicidad y desconcierto. O el sello de un enlace matrimonial que corona una etapa y le da la bienvenida a otra.
Una de las etapas más importantes de la vida sexual de una persona y uno de los pilares de la intimidad de cualquier persona. La primera relación sexual mezcla nervios, expectativas, emoción, miedo y hasta ansiedad. Pero lo que muchos podían ignorar es que la pérdida de la virginidad puede ser un factor determinante en el futuro de la vida sexual de cada uno.
En la actualidad, las parejas tienen menos sexo que en el pasado reciente. En 1994, se estimaba que los adultos norteamericanos tenían un promedio de 62 encuentros sexuales por año. 20 años después, en 2004, el número bajó a 53 veces. Las cifras cayeron en todos los grupos etarios, de género, razas y estatus social, según un estudio realizado por la revista científica Archive of Sexual Behavior.
Ted Williams no se llama Ted Williams. Es swinger desde hace más de 20 años y usa un seudónimo porque, a la vez, es profesional y se encarga de las finanzas en una prestigiosa empresa de Chile. Ted pasó de ser un simple practicante del sexo entre parejas a convertirse en una suerte de líder y consejero internacional de la manada. Y si decidió asumir ese rol es porque se cansó de que el tabú y el qué dirán alejara a las parejas que querían ingresar a este mundo (mucho más a las mujeres). En su "militancia", arrancó un programa de radio sobre el tema y organizó el "Primer encuentro de swingers de Argentina y Chile", al que fueron 220 parejas. Pero hace un mes fue más allá y se convirtió en el anfitrión del "Primer Encuentro Sudamericano de Swingers": 300 parejas de América y también de Europa que se juntaron en una mansión en Viña del Mar a participar de lo que se llamó "La fiesta soñada".
Todo tipo de mitos e historias se conocen hoy de la segunda mitad del siglo XIX. Más precisamente de la famosa época victoriana, aquel período oscuro y cambiante que se dio durante el extenso reinado de la reina Victoria I, quien se mantuvo en el trono por más de 60 años, siendo sólo superada por la actual reina, Isabel II.
¿Día de semana? ¿Fin de semana? ¿A la mañana, a la tarde, a la noche? El momento ideal para tener sexo varía de acuerdo a la pareja, a las circunstancias, a la presencia de hijos o no, a las ocupaciones de cada uno. La noche suele pensarse como la oportunidad precisa para el encuentro íntimo, aunque de acuerdo a una nueva encuesta, el imaginario colectivo dista de la realidad.
Estudios afirman que un mal descanso y la perdida de disfrute sexual tanto en mujeres como en hombres se encuentran estrechamente vinculados. Por otro lado, la disminución del goce sexual no es el único factor que afecta durante el sexo, también intervienen en el rendimiento y la periodicidad del encuentro.
La sexualidad entre los seres humanos suele fragmentarse en cuatro partes: la heterosexualidad, la homosexualidad, la bisexualidad y la asexualidad. Son orientaciones bien definidas -algunas más comunes que otras- y están relacionadas directamente con la atracción sexual de una persona hacia otra de su sexo contrario o de su mismo sexo.
Relajarse y dejarse llevar. Esos son los requisitos que un hombre o mujer necesita para someterse a una sesión de fotografía erótica. Ese tipo de fotografía apareció en el siglo XIX pero ahora Quito cuenta con profesionales que ofrecen a las parejas, aunque sin por ello descartar las sesiones individuales, asesoría para construir un catálogo íntimo.