Acuerdos comerciales

Es evidente que los tratados de libre comercio que Estados Unidos acaba de aprobar con Colombia y Perú nos benefician, ya que debido a ellos se renovó el sistema de preferencias arancelarias andinas (Atpdea) hasta el 2013, pero esa es una simple solución parche, por lo que insisto en que es necesario celebrar acuerdos comerciales con el título que el Gobierno quiera, con los Estados Unidos, China, India, Rusia y con otros países que permitan exportar nuestros productos con marcadas preferencias arancelarias.

Coincido con aquellos que piensan que ahora es más difícil que antes celebrar un acuerdo comercial con los Estados Unidos, puesto que éste acostumbra a celebrar tratados comerciales en bloque y no unilateralmente, aunque no se debe descartar esa posibilidad.

Ojalá que la ministra Cely y el ministro Patiño, conscientes de que el Estado no puede prescindir de la empresa privada, aúnen esfuerzos para celebrar tratados o acuerdos comerciales que favorezcan al Ecuador.

Sería triste que por la falta de éstos y por los nuevos tributos que ya se anuncian, los cuales servirán para financiar el gasto corriente del Estado, nuestros empresarios lleven sus inversiones al Perú o a Colombia, como ya han hecho unos pocos, para desde ahí exportar a Estados Unidos y a otros países, con los que nuestros vecinos han celebrado tratados de libre comercio.

Es necesario que se estimule a empresarios nacionales y extranjeros a invertir en nuestro país, mediante acuerdos comerciales a largo plazo que permitan fomentar la producción nacional y la exportación de nuestros productos; que garanticen inversiones a largo plazo (no concesiones tributarias unilaterales a corto plazo, como es el caso de la Atpdea); y, flexibilizar la ley laboral, permitiendo la contratación por hora y la tercerización de ciertos servicios, la cual no debe ser mal utilizada para evadir responsabilidades, como lamentablemente se hizo en el pasado.

Espero que pronto, el Gobierno ecuatoriano desarrolle estrategias para fomentar las exportaciones y para abrir nuevos mercados, como lo ha anunciado la ministra Cely.

La propuesta de aumentar el impuesto a la salida de divisas del 2 al 5%, que según el economista Carlos Marx Carrasco, servirá para financiar la emergencia en el sector Salud y para el mejoramiento de la calidad de combustible, ha generado un gran malestar en el sector privado, al igual que los anunciados impuestos a los vehículos, a las botellas plásticas, a las tierras rurales, a la producción bananera y el incremento del ICE a las bebidas alcohólicas y cigarrillos, que entrarían en vigencia en enero del 2012, en mi opinión, harán al país menos competitivo de lo que es actualmente y frenará la inversión nacional y la extranjera. Por el bien del país, espero estar equivocado.

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