¡El abuso!

Abuso del poder político: mal uso, uso excesivo, impropio, indebido, injusto, de la atribución para gobernar otorgada en elecciones, dentro del sistema democrático. La ética política tiene esencia democrática. Juan Montalvo, egregio arquetipo de denunciante del abuso, resaltó el deber de combatir “despotismo y perpetuidad del poder”.

Tras elecciones populares, el poder tiene carácter temporal alterno definido. Pero puede degenerar en indefinido perpetuo, preparando y asegurando cada proceso electoral previo, con manejo de recursos públicos, publicidad oficial, conveniente prestigio por obras públicas estratégicas, desprestigio forjado contra la oposición.

La moral social exige que el pueblo conozca si la buscada perpetuidad es por interés personal soterrado o por su sincero amor y servicio. Fascinación o conveniencia del poder generan su uso indebido e injusto. Consentir ilícitos cercanos. No corregirlos. Solo buscar aprobación y alabanzas. ¡Es abuso del poder!

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