Decenas de indígenas del pueblo waorani, que habita en la Amazonía ecuatoriana, marcharon el jueves en Puyo (Pastaza) contra la pretensión del gobierno de abrir sus territorios a la explotación de petróleo.
Los habitantes de la comunidad Waorani de Toñampari, en Pastaza, trabajan para mantener la cultura, las tradiciones, la vestimenta, la danza y los conocimientos ancestrales en los niños y jóvenes.
Manuela Omari Ima se inició en la fotografía de forma circunstancial. Cuando llegaban forasteros a las comunidades waoranis de la selva ecuatoriana se encontraban con que los nativos evitaban ser fotografiados.
Un grupo de jóvenes integra el grupo de baile autóctono Arajuno Kawsay que en español significa ‘costumbres de Arajuno’. Los 30 chicos que conforman la agrupación son estudiantes de las unidades educativas del cantón Arajuno, en Pastaza. Ellos bailan los ritmos autóctonos de las nacionalidades Waorani, Shiwiar y Kichwa.
Hace más de dos meses la vida de cinco comunidades waorani en Orellana tomó un rumbo diferente. El río Shiripuno, que antes solo era transitado por turistas y aborígenes, hoy es una vía por donde navegan canoas a motor y tripulantes de la empresa china Sinopec, que visten overoles anaranjados, cascos blancos y botas amarillas.
En la comunidad de Wentaro, a unas seis horas del Coca (Orellana) dentro del territorio Waorani, Carmela Tocari -de 90 años- teje con facilidad una hamaca con cuerda de hilo sintético rojo y azul. “El material se lo regalaron los trabajadores de Sinopec, la empresa sísmica”, dice Fabián Endomenga, su nieto, mientras señala la cuerda de colores.
La chambira, una palmera, se convierte en shigra, cinturón, collar o pulsera al pasar por las manos de las mujeres waorani. La delicadeza de estas artesanías fascina a los turistas.
Milagros Aguirre comentó sobre una sentencia dictada por un juez de Orellana contra tres miembros de la comunidad waorani. La he leído con perplejidad: mal redactada, con faltas de ortografía, sin puntuación y sintaxis, confusa e ininteligible y con pretensiones de erudición. Es un galimatías. El juez no ha comprendido que una sentencia debe ser clara (solo puede escribir con claridad quien piensa con claridad), concreta y precisa. Como supuestamente, según el maniqueísmo ciego y descalificador del oficialismo, con mis críticas y mis pedidos de rectificación solo pretendo “menoscabar la imagen de la administración de justicia”, me limitaré a mencionar algunos párrafos. El lector tiene la palabra.
La Fundación Alejandro Labaka exhortó a los ministerios de Recursos no Renovables, de Ambiente y de Justicia, "por humanidad y en respeto del principio de precaución", a que se declare, por 5 años, una moratoria de las actividades extractivas en el Bloque 55, Armadillo, para evitar más muertes en las inmediaciones del Parque Nacional Yasuní.
La mujer waorani herida en un confuso incidente en el río Shiripuno, en la parroquia Cononaco, que pertenece al cantón Aguarico, en la provincia Francisco de Orellana, se recupera en el hospital del mismo nombre (Coca).
La tarde de este martes 26 de enero del 2016, el Ministerio de Justicia remitió un comunicado sobre los hechos que causaron la muerte de un waorani y heridas en otra persona.
Los indígenas waorani Caiga Lincaye Baihua y su compañera Tweñeme fueron atacados ayer cuando iban en canoa por el río Shiripuno, cerca de Bahameno, Amazonía de Ecuador. El hombre murió y la mujer resultó herida.
Las indígenas Waorani cultivan cacao a cambio de que los hombres de la tribu dejen de cazar. Un proyecto que busca preservar la biodiversidad del Amazonas ecuatoriano. Video: Agencia AFP
En la húmeda y calurosa selva amazónica, a más de 8 000 km de París donde presidentes y altos funcionarios sellaron un acuerdo sobre el clima, tres etnias indígenas han tomado medidas para preservar el mayor tesoro de biodiversidad del planeta.
El miércoles pasado, luego de nueve meses de espera, la Comisión creada para la investigación del caso waorani-tagaeri-taromenani entregó su informe final al Ejecutivo. Y por supuesto, sus recomendaciones.
En rueda de prensa Franco Viteri, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (CONFENIAE) se manifestó frente a la detención de 6 miembros de la nacionalidad Waorani, luego de los incidentes ocurridos en la plataforma de la empresa Petrobell, en días pasados.
A los indígenas waorani los arrancaron de la selva, de su territorio de caza, de su trabajo en la petrolera, de su raigambre guerrera. Con leyes que apenas comprenden, la justicia mestiza confinó a siete de ellos a la cárcel y los aisló, enjuiciados por la matanza de un clan taromenane: indígenas de los pueblos no contactados del Yasuní.
Un grupo de mujeres waorani los esperaba en el coliseo de la comunidad de Dicaro, en plena selva ecuatoriana. Cantaron en idioma wao tedeno y dieron la bienvenida a cinco procesados por la matanza de un clan taromenane, en marzo del 2013.
Los preparativos de la bienvenida comenzaron ayer. Tras conocer que los cinco waorani procesados por la masacre de un clan taromenane, en marzo del 2013, recuperaron la libertad, dirigentes indígenas y de las comunidades organizan una ceremonia para recibirlos.
Luego de escuchar a los abogados, este martes 16 de septiembre el Juzgado Segundo de Garantías Penales de Orellana ordenó la libertad de los cinco indígenas waorani que estaban detenidos por la masacre que ocurrió en marzo del 2013 en la amazonía ecuatoriana.