Fráncfort/Madrid, DPA
La caza furtiva, el cambio climático, empresas de aceite de palma y caucho que devastan bosques, presas y carreteras que fragmentan y aislan poblaciones: las amenazas para los últimos tigres en estado salvaje son cada vez más diversas y agudas, según advirtió hoy el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
“Los tigres están siendo perseguidos, envenenados, atrapados, tiroteados y sacados por la fuerza de sus hogares”, afirmó Mike Baltzer, coordinador de la Iniciativa del Tigre de WWF, en un comunicado dado a conocer cuando gran parte de Asia se prepara para celebrar el comienzo del Año del Tigre el próximo domingo.
En este marco, WWF decidió lanzar una campaña de acción con la participación de los gobiernos de 13 países y diversas organizaciones internacionales con el objetivo de duplicar la población de tigres en todo el mundo para el año 2022, cuando los países asiáticos den inicio al nuevo Año del Tigre.
“Esperamos que se alcance la meta, por el bien de los animales y también de las personas. Los tigres son una especie carismática y el buque insignia de la diversidad biológica, la cultura y la economía de Asia”, indicó Baltzer. “La situación para los últimos alrededor de 3 200 tigres en estado salvaje es dramática”, sostuvo por su parte el director de protección de la biodiversidad de WWF Alemania, Volker Homes.
Otro problema es, según WWF, la gran cantidad de tigres que viven en cautiverio, por ejemplo en Estados Unidos, en general de manera incontrolada. En Estados Unidos, se estima que hay unos 5 000 de estos felinos en viviendas privadas, es decir muchos más que los que viven en libertad.
“Se reclama una y otra vez que los animales son mantenidos sólo con fines de entretenimiento, pero vacíos legales en Estados Unidos abren de par en par las puertas para el comercio ilegal”, advirtió Homes. En su análisis, el WWF concluye que la demanda de sustancias medicinales prohibidas fabricadas con productos derivados del tigre permanece ininterrumpida.
Pero también la producción de aceite de palma pone en riesgo al tigre: según el organismo ambientalista, cada año, los países europeos importan unas 5,8 millones de toneladas de aceite de palma para la fabricación de biocombustibles y productos de limpieza.
En menos de un siglo los tigres perdieron un 83 por ciento de su hábitat y la población cayó de 100 000 a 3 200 ejemplares, mientras que desde la década del 40, tres especies han sido cazadas hasta su total extinción.