Los pacientes con sida tienen que visitar al nutricionista al menos dos veces al año

Gráfico: Coalición Ecuador

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Los suplementos vitamínicos pueden ayudar en estos casos, siempre y cuando el médico y el nutricionista los receten. Foto: Pixabay.

Garantizar el estado nutricional, evitar mayor pérdida de peso y fortalecer el sistema inmunológico son los objetivos principales de las personas con VIH/sida, en lo que se refiere a su alimentación. Así lo explica el nutricionista David Guevara, quien realizó su tesis de licenciatura sobre la alimentación para pacientes inmunodeprimidos.

“Hace 12 años que me realicé el examen y salió positivo. Pero solo llevo 9 años tomando antirretrovirales. Me va muy bien, trato de llevar una vida sana. Lo más dañino es dejarse traumatizar por lo que diga la gente o los médicos. La verdad es que si una se sobrepone a la adversidad, haciendo ejercicio, durmiendo y alimentándose lo mejor posible de forma saludable, las cosas van a ir muy bien”. Ese es uno de la decena de testimonios anónimos que se encuentran en la página de la organización española Vihdasalud.

Guevara explica que aún existen muchos estigmas alrededor de la enfermedad. Mientras algunos pacientes reciben la noticia como una sentencia de muerte, otros son muy disciplinados y la asumen como una batalla que se libera día a día, señala que tal es el caso del testimonio.

Los pacientes con esta enfermedad suelen comer menos. Esto se debe a diversas razones: la pérdida de apetito como efecto del tratamiento, ulceraciones en la boca, náuseas, vómitos y la depresión son algunas de ellas. Así se detalla en la guía para la alimentación de pacientes con sida, publicada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En consecuencia, la alimentación tiene que adaptarse a cada paciente. Dependiendo de cada síntoma la dieta se tiene que ajustar. Por ejemplo, -explica el nutricionista- si el paciente presenta vómito se recomienda que ingiera más porciones en pequeñas cantidades. O si tiene diarrea, tendrá que ingerir alimentos astringentes.

La OMS exhorta a que el paciente con sida visite a un nutricionista por lo menos dos veces al año; así lo recoge el Ministerio de Salud Pública en su Guía de atención integral para adolescentes y adultos con infección por VIH/sida. De esta forma, el especialista podrá controlar los cambios y orientar la alimentación de cada paciente.

La dieta tiene que ser balanceada, eso significa que debe incluir carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales, en una proporción acorde a las demandas nutricionales de la persona. En cuanto a las grasas, se aconseja que se consuman las llamadas 'grasas buenas' –no saturadas- que se encuentran en productos como frutos secos y pescados. Esto debido a que el tratamiento con antirretrovirales que ingieren los pacientes pueden producir un aumento en los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.

Además, con la alimentación se tiene que intentar frenar la emaciación – pérdida involuntaria de peso y masa muscular -. Por esta razón, Guevara recomienda que el paciente ingiera una importante cantidad de proteínas, “0.8 gr por kilogramo de peso corporal”.

Sin embargo, en ocasiones los alimentos no son fuente suficiente de minerales y nutrientes esenciales para fortalecer el sistema inmunológico. Los suplementos vitamínicos pueden ayudar en estos casos, siempre y cuando el médico y el nutricionista los receten. Algunos nutrientes de los suplementos pueden entrar en conflicto con los medicamentos del tratamiento.

La organización Coalición Ecuador, dedicada a combatir esta enfermedad, indica gráficamente algunos parámetros que debe tener la dieta que ingieran los pacientes con VIH/sida. En esta se detalla los tipos de alimentos y las proporciones que se recomienda consumir diariamente de cada uno.

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Por otra parte, la higiene es fundamental para el procesamiento de los alimentos. Como son pacientes inmunodeprimidos es importante evitar en lo posible la propagación de bacterias y microbios. El lavado de los productos, la cocción –dentro de lo posible-, la limpieza del lugar en el que se los coloca, etc., son parte del protocolo de salubridad. Incluso-dice Guevara- suele ser necesario el uso de guantes para la manipulación de los alimentos.

Como señala el testimonio, hacer ejercicio es un pilar importante para el bienestar del paciente. Puesto que no solo le proporcionará vitalidad, sino también aumentará su apetito y “reforzará y potenciará los músculos”, resalta el instructivo de la FAO.

Asimismo, los efectos secundarios de la medicación como diarreas y vómitos suelen deshidratar al paciente, por ello es fundamental una constante hidratación. Se recomienda que el agua que consuma el paciente sea hervida o que sea sometida a un proceso de purificación.

En el caso de los niños, el protocolo puede ser distinto. Lo que se busca es garantizar que tengan un crecimiento y desarrollo lo más normal posible. Coalición Ecuatoriana además expresa que si el bebé no puede ser amamantado “por situaciones de salud de la madre”, la familia debe optar por alternativas a la leche materna, para ello puede tener asesoría del médico.

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