Con el concierto de esta noche, a las 20:00, en la Casa de la Música, la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) da inicio a la segunda temporada 2011 que, entre otras cosas, contará para finales de la misma con la designación del director titular de la agrupación.
El director de la Sinfónica Nacional de Cuba, Enrique Pérez Mesa, será el encargado de llevar la batuta del concierto cuyo programa está compuesto por la obertura ‘Oberón’ y el Concierto para Fagot y Orquesta de C.M. von Weber, para la primera parte del programa, y la Sinfonía Nro. 1 de Brahms para el final.
Tras un primer ensayo con la OSNE, el directo Pérez Mesa resalta que el nivel de la agrupación ha crecido desde su última visita a Ecuador. “Hace tres años visité el país y tuve la oportunidad de escuchar a la orquesta. Ahora, luego de un corto período, he podido constatar que le nivel de la agrupación ha crecido”, comenta el director. “Este crecimiento permite que con la orquesta se pueda interpretar obras de mucha más exigencia”, añade.
Y es que la exigencia y una “constante disciplina por parte de los músicos” -dice- es lo que ha permitido a Pérez Mesa montar un repertorio con dos románticos alemanes cuya correcta interpretación será la excusa para que la OSNE llene las salas de conciertos para esta temporada.
La obertura ‘Oberón’, última aportación lírica de Weber, será la encargada de abrir el concierto de hoy. Esta pieza forma parte de una ópera escrita en tres actos cuyo estreno se realizó en Londres en 1826. De estilo romántico, la obertura narra la historia del caballero medieval Huon quien rescata a su prometida Rezia, secuestrada por el califa de Bagdad.
En un segundo instante, vuelve la sonoridad de Weber en la partitura del concierto para Fagot y Orquesta. Escrita en 1811, esta obra rescata varios elementos de la tradición popular alemana a través de sus tres movimientos cuya inspiración se encuentra en la música que Mozart compuso para fagot. Cabe resaltar que la influencia de Mozart sobre Weber se dio gracias a que Constance, esposa del primero, era la prima del destacado compositor alemán.
La ‘non scripta’ décima sinfonía de Beethoven será la que cierre el programa con la interpretación de la Sinfonía Nro. 1 de Brahms. Después de más de dos décadas de escritura, esta sinfonía fue estrenada en 1876. La tardanza en su creación se debió a que para la crítica del momento, Brahms resultaba el continuador de Beethoven, cosa que significaba que debía dar continuación a las sinfonías del genio de Bonn.