Este 24 de diciembre del 2015 inició el multitudinario desfile del Pase del Niño Viajero en la capital azuaya, en el sur del Ecuador. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
Tras un sobrevuelo con la sagrada imagen del Niño Jesús bendiciendo a los cuencanos y una eucaristía en la iglesia de la Merced, en el Centro Histórico, a las 10:00 de este 24 de diciembre del 2015 inició el multitudinario desfile del Pase del Niño Viajero en la capital azuaya, en el sur del Ecuador.
Este 24 de diciembre del 2015 inició el multitudinario desfile del Pase del Niño Viajero en la capital azuaya, en el sur del Ecuador. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
Lo abrieron los carros alegóricos de la Universidad Católica donde viajaban los personajes bíblicos: El Ángel de la Estrella, María, José, los pastores y reyes magos. Atrás le seguían más carros, caballos, borregos y hasta improvisados coches de madera, ricamente adornados con telones, guirnaldas, golosinas y alimentos.
Antes del inicio de la peregrinación, la imagen fue colocada el un llamativo altar que se levantó en la calle Bolívar y Coronel Tálbol, punto de inicio del desfile hacia el Centro Histórico. Vestía un llamativo traje azul de pedrerías. A ese sitio llegan los miles de devotos, entre ellos la orense Priscilla Quezada, haciendo una interminable fila, para alcanzar la bendición del Niño Jesús. La imagen cierra el desfile pasada las 15:00.
Para el arzobispo, Luis Gerardo Cabrera, es la más grande expresión de fe religiosa y riqueza cultural que se vive en el país. El profuso desfile gira alrededor de una sagrada imagen de Jesús niño de 20 centímetros de alto, color piel y tallada en madera en 1823.
La historia cuenta que fue mandada a tallar por doña Josefa Heredia (fallecida) y de allí empezó el culto, únicamente al interior de la familia Pulla Heredia. En 1961 monseñor, Miguel Cordero Crespo, realizó un largo viaje por santuarios del mundo, llevando consigo la imagen y la recostó en Belén, lugar donde se conoce que nació Jesús.
Este 24 de diciembre del 2015 inició el multitudinario desfile del Pase del Niño Viajero en la capital azuaya, en el sur del Ecuador. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
A su retorno a Cuenca, Josefa Heredia, exclamó ¡llegó el Viajero! y de allí el nombre de Niño Viajero. Allí fue bendecida por el santo padre Juan XXIII y desde entonces, la propietaria se comprometió a rendirle homenaje, cada 24 de diciembre, con el tradicional Pase. Con el tiempo, la imagen paso a custodia del Convento del Carmen de la Asunción, quien cada año organiza este desfile y actos complementarios.
Esta devoción creció como espuma al punto de que cada 24 de diciembre el Pase del Niño Viajero reúne a más de 80 000 personas durante más de seis horas de desfile. En su nombre los niños, jóvenes y adultos se disfrazan, participan en danzas culturales, o simplemente caminan en la procesión.
A más de los disfraces de los personajes bíblicos (María, José, el Ángel de la Estrella, pastores) se incorporan danzas de las diferentes culturas del país, mayorales, cholas cuencanas, saraguros, shuar… y disfraces occidentales como un Papá Noel lanzando caramelos en su recorrido… Esa mezcla de culturas se vive durante más de seis hora de desfile y participan más de 80 000 personas.
Los organismos de socorro como Policía, Ejército, Cruz Roja, Bomberos, agentes civiles de tránsito… organizan la circulación de los participantes y carros alegóricos. A lo largo de la calle Bolívar, por donde atraviesa la procesión, hay devotos repartiendo gratuitamente chicha, caramelos, panes y agua.