El hecho de violencia contra una mujer que se registró en el parque La Carolina el viernes 15 de abril del 2022 sucedió ante los ojos de ciudadanos que circulaban por ese lugar del norte de Quito.
Una persona intercedió mientras un hombre apuñalaba a la víctima y lo detuvo al golpearlo con un tronco. No es el único caso. Este sábado 16 circuló en redes sociales otro video en el que se observa que un ciudadano agrede a una mujer en la sala de espera de una oficina.
La descripción del video señala que se encontraban en un estudio jurídico para una reunión que se relacionaba con su divorcio. En las imágenes queda grabada la reacción del hombre, que lleva puesto un casco en su cabeza. Él golpea con sus puños a la mujer, la lanza al piso y luego la patea.
En el lugar hay otras dos personas que presencian los hechos de violencia de género. Un ciudadano intenta detener al agresor, peso este también lo empuja. Con eso se logró que el hombre se marche del sitio.
Este sábado 16 de abril del 2022, EL COMERCIO consultó con tres especialistas en temas de violencia contra las mujeres, quienes explicaron cómo se debe actuar y cómo se puede ayudar a las víctimas de violencia.
La indiferencia no es una opción
“Hay que hacer algo. Nadie se puede quedar parado o en silencio, presenciando una situación similar . Lo que debemos hacer como ciudadanos es intervenir inmediatamente ante un acto de violencia y ponerle fin como lo hizo el ciudadano”, señala Geraldine Guerra, de la Red Nacional de Casas de Acogida.
Con ella coincide la representante de Nina Warmi, Cristina Almeida. “Lamentablemente la violencia en las relaciones de pareja está normalizada en nuestra sociedad. Sin embargo, la indiferencia nos hace cómplices. No es aceptable la inacción ante un acto que atente contra la integridad de una mujer”.
Almeida señala que la sociedad no debe tolerar un acto como los ocurrido en La Carolina. “Hay que denunciar, hacer bulla, alertar a la policía y, de ser posible, intervenir a tiempo, pues podríamos hacer la diferencia entre la vida y la muerte de la víctima“.
Hasta el 14 de abril, la Alianza para el Monitoreo y Mapeo de los Femicidios en Ecuador registró 72 muertes violentas de mujeres por razones de género. Guerra señala que la cifra sigue en aumento. Por ello, dice que es importante no mirar la violencia contra las mujeres como si fuera un show, sino que hay que actuar.
Eso trae consigo la responsabilidad de asumir lo posterior, señala Guerra. “Quizá se tenga que ir a Fiscalía y acompañar a la víctima, pero de eso se trata. La violencia es un problema de todos. Tenemos que involucrarnos para poder frenarla”.
Las víctimas necesitan información
Cuando una mujer es víctima de violencia es importante que se conozca cuáles son los canales de atención, señala la abogada de Surkuna Mayra Tirira. “Si estamos frente al cometimiento de un delito, lo primero que tendría que activarse es el ECU 911. Si no responde de forma oportuna, tiene que activarse la Policía comunitaria“.
Para las acciones ciudadanas se debe valorar el riesgo, dice la abogada. Si el agresor no se encuentra con armas se puede gritar, pedir ayuda y buscar la forma de que llegue la autoridad competente directamente a actuar.
Geraldine Guerra señala que es importante ayudar a la víctima a buscar teléfonos y servicios de atención frente a la violencia de género. Asimismo, explicarle a qué servicios puede acceder de forma gratuita, entre ellos atención de trabajo social, patrocinio legal y terapia psicológica.
“Lo que más necesita una víctima es tener la información y, a veces, en el momento que una persona vive violencia no está en las condiciones para buscar ayuda. Ese es un gran aporte porque la víctima siente que están otras personas para ayudarle a salir del círculo de violencia. Ese mensaje de protección es el que debemos dar, según la situación. Una víctima tiene que saber que no está sola“, recalca Guerra.
La ayuda sigue después de la agresión
Después de vivir una situación de violencia como la de la mujer en La Carolina, Cristina Almeida recuerda que la persona necesita sentirse acompañada. “Hay que decirle que está fuera de peligro, abrazarla, y, de ser posible, no hacerle preguntas para evitar revictimizarla“.
También sugiere que se lleve a la víctima a un lugar seguro, en donde puedan darle primeros auxilios psicológicos y médicos. Y llamar a sus familiares, si ella está de acuerdo, sin dejarla sola en ningún momento.