Desde las 00:00 del 20 de octubre ya no es necesario presentar el carné de vacunación contra el covid-19 ni la prueba PCR o de antígenos para ingresar al Ecuador. En el aeropuerto Mariscal Sucre, en Quito, los viajeros notan la diferencia.
Paola Gaitán llegó desde Chile para recorrer el país junto a dos amigas. Tiene su carné de vacunación completo, pero nadie se lo pidió al aterrizar.
“Siempre llevo para pasar (por migración) rápido, pero no me dijeron nada”, cuenta la joven de 23 años. Ve la medida como un indicador de la “situación controlada”. respecto a la pandemia del coronavirus.
Luis Galárraga, gerente de Comunicación de Quiport, dice que la medida ha sido tomada con alegría por ese sector. La eliminación de los requisitos “va a facilitar el transporte y movilización de personas”.
No solo los turistas internacionales serán beneficiados. También los visitantes nacionales que retornen al país andino o quienes viajen a las Islas Galápagos.
El subsecretario nacional de vigilancia del Ministerio de Salud, Francisco Pérez, explicó que la decisión ha sido motivada por el descenso de contagios de covid-19 durante las últimas nueve semanas. Hasta el 17 de octubre el acumulado de casos es de 1 007 371 en todo el Ecuador.
La medida se anunció días después de que el presidente Guillermo Lasso diera por terminada la pandemia, el 3 de octubre pasado. Y el uso de la mascarilla no es obligatorio en Ecuador.
El uso de mascarilla en vuelos
Dentro del aeropuerto es opcional el uso de la mascarilla. En los vuelos, la medida dependerá del país de procedencia de cada aerolínea.
En las salas de espera y otras dependencias es completamente voluntario y su uso se ajusta a la necesidad de cada persona.
El cubrebocas solo es requerido en unidades de salud o para quienes presenten síntomas respiratorios. La recomendación se mantiene en espacios cerrados.
Por las calles de Quito todavía hay personas que llevan mascarilla. Algunos de ellos la llevan en la quijada o cuello.
María Belén Abad es una de ellas. “Es por comodidad porque cuando subo al bus sí me pongo”, asegura.