No todos tuvieron un mismo comportamiento con la vacunación. Muchos mostraron sus temores a las agujas, un mal que se llama tripanofobia. Quien lo padece se pone ansioso, suda, no quiere mirar la aguja; puede tener palpitaciones y hasta ataques de pánico.
Estas fotos se tomaron entre los meses de mayo y agosto de este año en los distintos puntos de vacunación en Quito.
Algo interesante ocurría: el paciente tenía necesidad de interactuar con el personal médico. Le preguntaba sobre las agujas, sobre el dolor, el qué debe hacer y qué no puede hacer después de la inoculación.
Estas fotos son un testimonio de cómo reaccionaban los pacientes en el momento de recibir la vacuna, cuando vencían los miedos porque siempre es mejor tener salud.