Para algunas mujeres, la minoría, alcanzar el orgasmo puede resultar más un problema que una satisfacción. Foto: Pixabay
Según Amanda Marcotte, colaboradora de The Good Men Project, unas pocas lecciones son tan efectivas como enseñar a las niñas a pasar de la cuna a los brazos del ego masculino, no solo con placer sino también con un deseo profundo de hablar la verdad, aunque esta pueda causarle al hombre incomodidad o que se sienta imperfecto.
“Sabemos que debemos sobreponernos, hablar y tomar decisiones… La mitad femenina de la raza humana gasta una buena cantidad de tiempo y de dinero intentando dejar de ser pasiva y reemplazar esto con una dosis de fortaleza para hablarse a sí mismas. Sin embargo, hay un sinnúmero de cosas que las mujeres están pensando sobre el sexo pero que no suelen ser expresadas, pero que los hombres probablemente lo saben muy bien”, señala la escritora.
La resistencia está sobrevalorada
A la mujer le gusta el sexo y la mayoría de ellas pueden recordar al menos una o dos experiencias en las que ellos alcanzaron el orgasmo tan pronto las tocaron y luego se dieron la vuelta y se durmieron. Pero solo porque la mujer prefiere el encuentro sexual que dura más de 60 segundos, esto no significa que más largo sea siempre mejor.
Ellas saben cómo alcanzar el orgasmo
Hay una alta posibilidad de que ellas sepan exactamente lo que necesitan que suceda porque han practicado al masturbarse, aunque tienen miedo de confesarlo porque la cultura exige que se les deje creer a los hombres que son ellos quienes llevan a la mujer al orgasmo.
Llegar al orgasmo es más un problema que una satisfacción
Esto es verdad solamente para una minoría de mujeres. Para las féminas que tienen problemas en alcanzar un orgasmo, el sexo también puede ser divertido, pero esto no se debe a su falta de orgasmos sino a sus temores que les llevan a pensar que sus parejas sufrirán un desengaño.
El cuerpo se pone muy sensible cuando alcanza el éxtasis
Ellas suelen decir que es tan solo el clítoris y no un botón de ascensor. Lo ideal es que hombres y mujeres se comprendan y se satisfagan mutuamente según sus propias necesidades sexuales, pero cuando los hombres van más allá de lo debido y requerido, puede producirse un shock y ellas se pueden sentir usadas y hasta maltratadas.
Por eso es vital tener paciencia y comprensión para que las cosas marchen de manera más calmada y segura. Motivar una mayor comunicación y no actuar como si el ego hubiera sido herido, ayudará a que ambos actúen dejando el egoísmo a un lado para así poder transmitir lo que están sintiendo.