La científica ecuatoriana Linda Guamán. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Después de tres años de haber terminado su doctorado en Brasil (en el 2017) con una beca de Senescyt, y sin concretar la liquidación de la misma, a la científica ecuatoriana Linda Guamán le notificaron que debía devolver el rubro correspondiente al seguro de salud y vida que contrató mientras estudiaba en ese país, por un monto de más de USD 5 000.
Tras una reunión mantenida el lunes 16 de noviembre del 2020 con la Senescyt, supo que la razón es la descripción del seguro, que traducido del portugués al español dice: asistencia funeraria internacional y repatriación. La Senescyt, cuenta Guamán, le indicó que debería decir cobertura internacional.
Ahora debe conseguir un documento que demuestre que el seguro tenía cobertura internacional, aunque, insiste, la descripción es clara y obvia, aunque no sea con las palabras precisas que señala la Secretaría. Ella se encuentra en Ecuador desde el 2017 y el banco brasileño con el que contrató el seguro ya no existe.
El miércoles 18 de noviembre del 2020 terminaba el plazo de seis meses que le dieron a Linda Guamán para que pague el valor total, por lo que inició una acción extraordinaria para que se haga una nueva revisión a su expediente y así evitar que empiece un proceso de coactiva.
“Pasé tres años aquí, en Ecuador, del 2017 al 2020, sin que me dieran noticias de mi liquidación, si me hubieran dicho esto apenas regresé hubiera sido un poco más sencillo conseguir el documento, pero me dicen tres años después, además al inicio de la pandemia. Así es muy poco lo que los becarios podemos hacer luego de varios años transcurridos. A algunos les están pidiendo el ‘boarding pass’ de hace ocho años”.
No es el único caso de becarios obligados a pagar montos correspondientes a sus años de estudios. De hecho, el caso de Linda Guamán se conoció tras la difusión de un hilo de Twitter, correspondiente a un becario que afirma haber hipotecado la casa de sus padres para devolver USD 40 000 al entonces Instituto de Fomento al Talento Humano (IFTH), actual Senescyt, por haber tenido que migrar, tras no conseguir trabajo en Ecuador al finalizar su beca ni devengar la misma como lo establece el contrato de los becarios: por el doble del tiempo de beca.
En el caso de Linda Guamán, destacada científica ecuatoriana con reconocimiento internacional y parte de la comunidad científica que ha prestado sus capacidades para la lucha contra el covid-19 en el país, la Senescyt le llamó para atender su caso. “Estoy consciente de que hay chicos que llevan meses intentado contactarse con la Senescyt y no los han llamado para a revisar sus expedientes como lo hicieron conmigo”.
Por eso Guamán decidió no acudir a la reunión de Senescyt con un abogado particular, sino con un delegado de la Defensoría del Pueblo. “La idea es que esto pueda ayudarnos a todos, más allá de mi caso”.
Antes de la reunión tuvo que notarizar todos los correos de su época de becaria. A finales del 2019, cuenta, le contactaron para pedirle que envíe los documentos del seguro de salud y vida. Lo hizo uno de los analistas de alrededor de 16 que llevaron su proceso de beca por cuatro años. “Eran personas que al principio fueron de la Senescyt, luego del IECE, después del IFTH y ahora otra vez de la Senescyt”.
Linda les dijo que ya envió los documentos en el 2012 y le pidieron enviarlos otra vez. Volvió a enviarlos y recién en este año le notificaron que, finalmente, esos documentos no son válidos. No le dijeron, repite, por qué.
Los problemas de comunicación, sostiene la científica, no son algo nuevo, ya que, asegura, en el ente competente ha existido una alta rotación de funcionarios. “Muchos de nosotros estábamos sujetos a enviar facturas originales cada semestre. Si al dejar su cargo, el funcionario que las recibía no las dejó en el expediente, ahora la Senescyt asume que no lo entregamos”
En su reunión, la Secretaría mostró apertura, dice Linda. “Reconocieron que hay problemas de comunicación, se comprometieron con la Defensoría del Pueblo a crear un canal más fácil de atención con los becarios, que van a acompañar a la Abrec (Asociación de Becarios) y que van a trabajar de cerca con ellos”.
Sobre otras denuncias de becarios que cursan estudios y esperan por sus desembolsos pendientes, la Senescyt dijo el miércoles 18 de noviembre del 2020 que han venido cumpliendo los compromisos de pago conforme se han recibido las transferencias de recursos.
De marzo a julio de 2020, dijo la Secretaría, el ex IFTH desembolsó USD 17,8 millones y desde que la Senescyt asumió sus competencias ha transferido USD 14,5 millones, en tres meses. Según informaron, durante el 2020 se han pagado USD 32,4 millones a más de 7 000 becarios: 6 204 nacionales y 920 que estudian en el exterior.
“Dichos pagos, como cualquier otro proceso en los que se gestionan recursos públicos, requieren validación de documentos con los que se justifica el cumplimiento del contrato y el buen uso de los recursos”, dijo la Secretaría en un comunicado. Además, señalaron que realizan todas las gestiones necesarias para cumplir con los pagos pendientes.