Bryan, Xavier y Alejandra se contagiaron de covid-19 en diciembre del 2021, cuando los casos de la enfermedad estaban en pleno ascenso en el Ecuador.
Bryan Rocha, de 23 años, sentía fatiga, dolor de cabeza, tos seca y malestar en el estómago. Esos síntomas ya los había sufrido cuando en diciembre del 2020 se contagió por primera vez de la enfermedad.
“Sí me preocupé porque no me quería volver a contagiar, la primera vez fue horrible y no quería volver a pasar por eso”, dice.
El joven cree que se contagió el pasado 28 de diciembre y el 30 aparecieron los síntomas. El 31 se realizó una prueba covid-19 que salió positiva.
Con el resultado, Bryan acudió al médico quien le recetó antibiótico y paracetamol. Él recuerda que pasó seis días con malestares que fueron disminuyendo de intensidad y se aisló por 10 días. Afortunadamente, comenta, en su familia solo se contagió él.
Para el joven de 23 años este segundo contagio no se compara al primero. “La primera vez tuve mucha fiebre, perdí el olfato, el gusto, no tenía apetito para nada y sentía que me ahogaba”.
Bryan cree que el tener las dos dosis de la vacuna contra el covid-19 le ayudó a enfrentar mejor la enfermedad. El joven recuerda que en el 2020 solo escuchaba hablar de muertes y personas que necesitaban oxígeno. “Esta vez fue tolerable, creo que en la cama estuve tres días y de ahí me levanté”, afirma.
En medio de la ola de contagios, Alejandra Aumala, 24 años, y toda su familia también se infectaron en Navidad. Ella recuerda que los síntomas aparecieron el 27 de diciembre. “Ese día ya no me pude levantar de la cama, era un dolor de cuerpo terrible, tocar la cama me dolía”, comenta.
Con la fiebre, que llegó a los 39 grados, Alejandra acudió a una clínica para que la atendieran, pero le pidieron la prueba covid-19. La mujer decidió ir a su casa y hacerla ahí. Los síntomas, dice, duraron más de cinco días, pero fueron bajando. Su esposo también dio positivo y su hijo de un año y medio presentó malestar leve.
La joven relata que toda su familia se recupera actualmente y no tuvieron mayores complicaciones.
Xavier Pinto, de 34 años, también se contagió los últimos días del 2021 y los síntomas, asegura, aparecieron el 3 de enero. “Tuve bastante fiebre, dolor muscular y sudaba mucho”, comenta.
El paciente recuerda que los malestares se mantuvieron por dos días y de ahí bajaron. La prueba se hizo el jueves y el resultado le entregaron un lunes.
Su madre, de 63 años, también se infectó. Xavier dice que ella estaba decaída, con tos, fiebre y la llevaron a una clínica. “Ahí le hicieron otros exámenes y le enviaron medicación. Afortunadamente no presentó complicaciones”, afirma.
Incremento de contagios
El incremento de contagios era una situación prevista por las autoridades debido a la variante Ómicron, que es más transmisible, y a las aglomeraciones por los feriados de Navidad y Año Nuevo.
En la primera semana del 2022, Ximena Garzón, ministra de Salud, dijo que se registraron 11 362 nuevos casos de covid-19. Sin embargo, este 12 de enero, la Cartera de Estado identificó subregistros de los datos relacionados con contagios y fallecidos.
Así, en la primera semana de 2022 hubo un aumento de 3 038 casos y 16 fallecidos adicionales, que se suman las 16 muertes confirmadas y 7 probables en ese periodo.
En el 2021, Salud también detectó un subregistro. En el primer semestre de ese año se contabilizaron 1 183 casos y en el segundo fueron 652. En cuanto al número de fallecidos, en el primer semestre del 2021 aumentó 309 infectados y en el segundo trimestre, 73.
Para el epidemiólogo Mauricio Espinel, la curva de contagios en el Ecuador está en ascenso, pero va a llegar un momento que se curve , viene una meseta (estabilización) y de ahí comenzará a caer.
Uno de los factores que contribuye al incremento, explica Espinel, es la transmisibilidad de Ómicron. A decir del especialista, esta mutación es menos virulenta y ello incide en que la curva de contagios está casi vertical. Sin embargo, la de hospitalizaciones y la de mortalidad apenas han subido.
Otro factor que incide en el incremento es el comportamiento de las personas. “Mientras más me junto, más riesgo tengo”, señala el epidemiólogo.
De acuerdo con Espinel, el problema se da cuando una persona no vacunada o con factores de riesgo, como la edad o enfermedades crónicas, se agrava. Por eso, indica, es importante reforzar la vacunación en toda la población y especialmente en grupos vulnerables.