El mobiliario de la escuela Francisco Pacheco de Portoviejo fue trasladado a las aulas campamento ubicadas en el aeropuerto de la ciudad como medida de prevención. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO
Tras los sismos de 5.9 y 6.3 grados registrados la noche del domingo 10 de julio del 2016 en Esmeraldas, un total de 25 personas fueron atendidas por crisis de ansiedad y de nervios en tres de los principales cantones de Manabí.
Según un reporte del Comité de Operaciones de Emergencia provincial (COE) hasta la media noche del domingo, 15 personas fueron atendidas en Pedernales por crisis de nervios, seis personas en Manta, y cuatro en Portoviejo.
En la provincia de Manabí no se registraron reportes de daños materiales ni de heridos tras las dos réplicas del terremoto del 16 de abril, según informó Xavier Santos, gobernador de la provincia.
“La ciudadanía ha regresado al estado de preocupación y tensión permanente. Ya teníamos algún tiempo sin réplicas tan fuertes y esto ha ocasionado que muchas personas vuelvan a refugios improvisados, a las áreas abiertas, y a las carpas”, indicó Santos, quien pidió a los manabitas organizar planes familiares de evacuación.
Hasta el mediodía de este lunes 11 de julio, la infraestructura educativa de Manabí había sido evaluada en un 50%, sin reportes de afectación.
El COE provincial, en sesión permanente, espera la valoración total de las unidades educativas para retomar las clases este martes 12.
Debido a las réplicas, el Ministerio de Educación suspendió la asistencia a clases este lunes en las provincias de Manabí y Esmeraldas.
La escuela Francisco Pacheco de Portoviejo atendió a sus 1 600 alumnos hasta el pasado viernes. Los bloques de la parte de atrás se derrumbaron tras el terremoto y el Ministerio de Educación determinó trasladar toda la escuela a las aulas campamento ubicadas en el Aeropuerto de la ciudad, informó Yanina Velez, secretaria de la unidad educativa. Parte del mobiliario era trasladado en camiones al campamento educativo.
Vinicio Mendoza, habitante del barrio San Pablo de Portoviejo, tuvo que pernoctar con su familia en el patio de su vivienda, ubicada cerca a la zona cero de la ciudad. “La casa tienen que demolerla, estoy completando el trámite, pero la estoy habitando porque está dura la situación”, indicó Mendoza, de 37 años, quien trabaja como conductor. “Algunos vecinos volvieron al albergue, acamparon en el parque o a las afueras de sus casas”.
Silvio Larrea, coordinador zonal 4 del sistema Ecu 911, informó que una de las llamadas recibidas la noche del domingo tras los sismos correspondió al resquebrajamiento de una vivienda con sello rojo (para demolición). La casa era reconstruida por su propietario en el sector de El Guabito, en Portoviejo, por lo que el COE dispuso una inspección técnica.
“La recomendación es que soliciten una revisión y apliquen a un bono de reconstrucción, pero que no pongan en riesgo la vida de sus familias y vecinos”, dijo Larrea.
El Ecu 911 de Portoviejo recibió hasta la mañana de este lunes 118 llamadas de consulta sobre los sismos por temas como una posible alerta de tsunami, que fue descartada por las autoridades desde la víspera. El sistema de emergencia cuenta con 246 cámaras de vídeo vigilancia en Manabí.