Llevan un mandil azul y nadie se distrae. Cuando ingresa un extraño solo levantan la cabeza para mirar quién es; luego vuelven a trabajar. El taller de carpintería del Centro de Privación de la Libertad (CPL) Ambato empieza la jornada a las 09:00 y termina a las 16:00.
Al lugar se entra por una puerta de hierro, al cuidado de Rafael Ch. Un corredor estrecho conduce a los pequeños talleres divididos con mallas metálicas. El sonido de las máquinas casi impide conversar con facilidad a las Personas Privadas de Libertad (PPL).
Ahí, 60 personas trabajan en sus microemprendimientos, en la elaboración de artículos en madera, como carros a escala y buses. Construyen mecedoras para niños, artículos miniatura como joyeros con diseños de peinadoras y baúles. También hay juegos de comedor, sala, dormitorio, cocina y muebles sobre pedido o de modelos que soliciten los clientes.
Ellos desarrollan sus emprendimientos en el interior de la cárcel, con ayuda del Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de la Libertad (SNAI), la empresa privada y la Diócesis de Ambato.
Esta última entidad les ayudó con créditos en uno de los 220 bancos comunales que tiene el proyecto Caritas, en la provincia. Recibieron un préstamo de entre USD 300 y USD 1 000, entregado a sus familiares más cercanos. Con los recursos adquirieron equipos como cortadoras, máquinas de coser y la materia prima para la producción en cada taller.
En este CPL hasta este 22 de agosto de 2022 hay talleres de calzado, confección de jeans, peluquería, elaboración de marroquinería y productos de limpieza, entre otros. Son 100 PPL que tienen emprendimientos, 60 de los cuales son carpinteros.
Testimonios
“Es una bendición haber recibido el préstamo, porque con eso puedo producir mis artesanías, que son comercializadas por mi esposa. Eso nos ayuda a solventar en parte la economía de mi hogar”, dice Rafael, propietario de su propio emprendimiento.
En 2019 recibió el primer crédito de USD 400 del Banco Comunal, dirigido por la asesora de crédito Carolina Garzón. Ya lo pagó.
Con el segundo préstamo de USD 1 000 financió la adquisición de una sierra eléctrica y otras herramientas, la madera y los pegamentos. Al mes cancela USD 112. El interés anual es del 14%, a un año plazo. Rafael ha cumplido con las cinco mensualidades.
Los técnicos del Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) le ayudaron con los conocimientos en carpintería. Ahora es un técnico en este arte. Puede fabricar puertas, camas, comedores, dormitorios. Además, sabe cómo hacer artículos en miniatura como cofres, joyeros y adornos. Cada producto cuesta USD 20. Los ingresos mensuales alcanzan los USD 250.
Su compañero de celda, Andrés R., le ayuda. Lleva seis meses y ya sabe sellar, lijar y cortar. Con el dinero que recibe mensualmente ayuda con los gastos de sus cuatro hijos y su esposa. Ellos se encargan de vender los productos.
Andrés está sentenciado a 10 años por tráfico de drogas y ha cumplido dos. Cursa el primer año de bachillerato y espera graduarse del colegio para, luego, ingresar a la universidad.
Carolina Garzón les visita cada mes para recibir los pagos. Asegura que en los tres años que lleva trabajando con PPL, todos han cancelado las deudas. En 2019, 11 emprendedores recibieron créditos. En 2022, la cifra llega a 31.