A los 73 años, Carlos III asumió la corona de Reino Unido, luego de la muerte de su madre, la reina Isabel. El nuevo monarca ocupa el puesto desde el pasado 8 de septiembre del 2022.
El flamante Rey llegó a ocupar este cargo en edad adulta mayor, al contrario de la reina Isabel. La monarca obtuvo el título en 1952, cuando apenas tenía 26 años.
De esta manera, Isabel II protagonizó un reinado de 70 años, el más dilatado de la historia del país. Y no solo eso, también contaba con gran aceptación.
La importancia de la aceptación social
Una encuesta elaborada por Ipsos en mayo de 2022, a propósito del Jubileo de Platino de la Reina, reveló que Isabel tenía una aceptación del 86%. Incluso en sus horas más bajas de popularidad, a mediados de los 90, más del 65% de personas apreciaba su labor.
Carlos III, en el momento en el que se realizó esa encuesta, no era tan apreciado como su madre, y un 65% de los británicos consideraba que realizaba bien su trabajo como Príncipe de Gales.
El sondeo también planteaba si el entonces Príncipe de Gales haría un buen papel como rey. Un 49% creía que sería un buen monarca, mientras que un 25% dudaba sobre su futuro desempeño, mientras que un 20% era pesimista.
A la poca popularidad respecto a su madre, se suma su carácter y personalidad. En los actos públicos ha dejado aflorar un temperamento explosivo por “detalles” del protocolo.
Uno de ellos ocurrió el pasado 13 de septiembre. “Oh Dios, odio esto”, dijo Carlos al manchar sus dedos de tinta cuando firmaba el libro de visitantes.
El monarca se levantó de la mesa y visiblemente frustrado y malhumorado entregó el bolígrafo a su esposa Camilla.
De inmediato, su peculiar gesto de molestia gesticulando de forma sorprendente y sus palabras fueron captadas en video. Twitter se llenó de malos comentarios y de cientos de memes parodiaban el carácter poco agradable del Rey de Inglaterra.
Factores que influyen en el desempeño
La psicóloga Adriana Oñate dice que no es lo mismo asumir un cargo que implica tanta responsabilidad a una edad mediana que a los 73 años. Y más aún cuando se tiene un temperamento difícil, que con el pasar del tiempo solo se acentúa.
“Por asumir un cargo no es que va a cambiar tu carácter. Si eres carismático, lo seguirás siendo y si eres parco, malhumorado, de igual manera. La personalidad tiene mucho que ver cómo asumes los retos en la vida”, sostiene.
También influyen factores como la salud y el ambiente que se refleja positiva o negativamente en el adulto mayor.
“Cada persona mayor es un individuo que su experiencia vital se va modificando según su entorno y el efecto que el entorno ejerce sobre él”, menciona.
En el caso de Carlos, agrega Oñate, también influye en cómo el entorno lo acepta o no como rey, es decir la presión social. Además, sobre sus hombros pesa afrontar temas como las aspiraciones independentistas de territorios como Escocia o cómo logrará la imagen de estabilidad y continuidad que su madre dio a Reino Unido.
Si bien a Carlos lo prepararon toda su vida para ser rey, el asumir un puesto a cierta edad también implica reorganizar el futuro, tener otro proyecto de vida lo que puede generar un impacto psicológico que genera estrés o ansiedad, señala la especialista.