El 7 de octubre de 2022, el equipo que se utiliza para el tratamiento de radioterapia de pacientes oncológicos en el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), de Quito, entró nuevamente en funcionamiento.
Mediante un comunicado, la casa de salud informó que el acelerador lineal está 100% operativo. Además, indicó que se atenderá en horarios extendidos, de 06:30 a 20:00, para dar continuidad a los tratamientos.
Según el hospital, desde el 11 de octubre han atendido un promedio de 90 pacientes diarios.
César Pazmiño fue uno de los pacientes que dejó de recibir la radioterapia. Inicialmente debía tomar 35 sesiones, pero llegó a las 22 cuando el equipo se dañó.
El afiliado comenta que se comunicaron con él y el martes e inició nuevamente el tratamiento. Aunque hubo una demora, Pazmiño dice que está contento y espera que no haya más novedades con el equipo.
“Estoy satisfecho, a pesar de que tenía con un poco de dudas, pero parece que ya se va normalizando”, señala.
Pazmiño tiene cita con la oncóloga la siguiente semana y allí, supone, le dirá si debe tomar o no más sesiones. Por lo pronto tiene la esperanza de completar las que quedaron pendientes.
Debido a que pasaron casi dos meses desde que le suspendieron el tratamiento, el hombre había olvidado el malestar que sentía tras recibir la radioterapia.
“Con este cambio parece que se acentuaron las náuseas, el dolor de cabeza y el decaimiento. Antes si me daban, pero hoy los siento con más intensidad”, afirma.
Otro tratamiento
La madre de María Haro, quien tiene 73 años y padece cáncer de colon, también volvió a recibir la radioterapia. La mujer debía tomar 33 sesiones, pero llegó a las 19.
Con la suspensión, María comenta que le asignaron tres más, en total 36, por lo que el tratamiento, que debía terminar en agosto, ahora se extenderá hasta noviembre.
“Aparentemente todo está bien”, dice la mujer, y por el bien de los pacientes “esperamos que siga así”, agrega. Sin embargo, recuerda que cuando su madre inició la radioterapia también hubo interrupciones y, por ejemplo, si le daban el tratamiento una semana, después le suspendían dos días.
La situación de su madre es compleja, comenta María. El problema es que también recibe quimioterapia y para hacerlo debe cumplir con un número determinado de radioterapias.
Por ello, el tratamiento lo dividieron en dos y la siguiente quimioterapia está programada para el próximo 24 de octubre, cuando haya cumplido más sesiones de radioterapia.
“Todo esto solo dilata el sufrimiento de mi madre, los dos tratamientos han sido muy duros para ella, tiene mareo, vómito, se le cayó el cabello”, cuenta María.
A toda esa situación se suma que en muchas ocasiones han tenido que comprar la medicación e insumos como inyecciones que cuestan USD 15 cada una. Además de un tratamiento especial que tiene un valor de USD 150. “Si todo sale bien y le dan de alta debemos contar con dinero para nosotros mismo adquirir los fármacos”.
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