Las trabajadoras sexuales que prestan sus servicios en la Plaza del Teatro, Centro Histórico de Quito, asisten a una mesa de diálogo con el Municipio para buscar soluciones, luego de los enfrentamientos entre las mujeres que se dedican a esta actividad que tuvieron lugar en la zona.
Nelly Hernández, dirigente de la Asociación Unidas por Nuestros Derechos, cuenta que el inconveniente ocurrió porque han llegado más mujeres para dedicarse a esta actividad.
En el Centro Histórico laboran cuatro asociaciones de trabajadoras sexuales: Unidas por Nuestros Derechos (Plaza de Santo Domingo), Primero de Mayo (calle Vargas), Por un Futuro Mejor (Plaza del Teatro, Marín y Plaza Grande) y Mujeres con Esperanza al Futuro (24 de Mayo).
En noviembre del 2020, el Municipio hizo un censo. Según Gabriela Quiroga, secretaria de Inclusión del Municipio, eso permitió identificar a cerca de 300 trabajadoras que laboran en cinco espacios.
Después de eso, uno de los acuerdos con las agrupaciones fue que no era posible aumentar el número de trabajadoras sexuales en el Centro Histórico. Las asociaciones se comprometieron a aquello.
Por eso, la llegada de nuevas mujeres generó el reclamo que ocasionó el conflicto. La posición de Hernández, que hizo el reclamo a la dirigente de otra organización, es que no se puede permitir más compañeras.
Por su parte, el Municipio dice que no se puede ampliar el número de trabajadoras. “Nos mantenemos en que después del censo las trabajadoras sexuales no pueden aumentar en el Centro Histórico”, manifestó Quiroga.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Inclusión, actualmente hay 15 trabajadoras más. Sin embargo, Quiroga explicó que se trata de mujeres cuyo objetivo no es permanecer en el Centro sino que están de paso.
El Municipio continuará con las mesas de diálogo para abordar el tema del trabajo sexual en el Centro Histórico. Antes del censo, los cálculos apuntaban a que había cerca de 500 mujeres que se ganaban la vida con ese oficio.
Po su parte, Mónica Delgado, dirigenta de la Asociación Primero de Mayo, señaló que los diálogos no buscan una reubicación de sus compañeras. Sus agremiadas se mantienen en ocupar el espacio que les corresponde.