Luis Jácome, de 26, es docente de filosofía en un plantel fiscomisional en Chillogallo; es uno de los postulantes. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Ellos, como dice el nombre del concurso, ‘quieren ser maestros’ del sistema fiscal. Algunos ya lo son, pero sin nombramiento definitivo. Por más de dos años han estado pendientes de convocatorias del Ministerio de Educación.
En la última semana de junio, la Cartera anunció la reactivación del Quiero Ser Maestro 6 (QSM6). Ese proceso arrancó en agosto del 2017. Pero solamente en diciembre del 2018 los postulantes supieron si habían sido seleccionados o no.
Buena parte de los aspirantes ha participado incluso en concursos anteriores y ha perdido la llamada ‘elegibilidad’, que dura dos años, “por culpa del sistema”. Unos esperan poder recuperarla y otros, como Marcela, de 35, (nombre protegido) han desistido.
La licenciada en Educación, con mención en inglés, cursa su segunda maestría y tiene el B2. Participó en los Quiero Ser Maestro 4 y 5. En el primero, pese a resultar elegible, nunca pudo ingresar su domicilio; en el 5 ganó una partida (plaza) para una zona rural, que no aceptó. Hace tres meses renunció al colegio fiscal en donde tenía nombramiento provisional, pues halló trabajo en un privado, donde dice ganará más. Aunque no tiene la estabilidad del magisterio fiscal.
Otra es la situación de Luis Jácome, de 26 años, quien es uno de los 34 386 candidatos elegibles del QSM6, tras haber aprobado las pruebas de razonamiento y conocimientos específicos del Ineval y de personalidad del Ministerio.
Este ingeniero en Gerencia y Liderazgo fue reclutado en julio del 2017 por Enseña Ecuador, que -cuenta- lo preparó para la docencia. En el contacto con los estudiantes encontró lo suyo. “Este trabajo es en verdad trascendente”.
En noviembre de ese año llegó a un plantel fiscomisional, ubicado en Chillogallo, sur de Quito, en donde recibió a este Diario el jueves pasado, durante el recreo. Como profesor de filosofía de Bachillerato escogió presentar la materia en un blog. E invitar a escribir a sus alumnos un diario, el ‘Libro de mi vida’. Al final de este ciclo, el 80% le autorizó a leer sus escritos. Así -afirma- entendió lo que cada uno superó.
“En planteles privados se gana menos del sueldo básico”, subraya Jácome. Pelea por una de las 15 719 vacantes; la mayoría para escuelas en Santa Elena, Guayas, Bolívar, Los Ríos y Galápagos (ver gráfico). Pero en el QSM6 hay más del doble de aspirantes.
Esto, sin contar con otros candidatos que perdieron la condición de elegibles, sin obtener una respuesta en pasados concursos. Del 2013 al 2016, 38 000 maestros ganaron las partidas. En el 2017: 2 860, según el Ministerio.
El Quiero Ser Maestro es la fórmula que, desde el 2013, la Cartera encontró para llenar las vacantes dejadas tras el proceso de jubilación.
Augusto Espinosa, exministro y hoy legislador, recuerda que en su gestión se desarrollaron los QSM del 1 al 4, desde el 2013 hasta el 2016. Cuando llegó, el 66% de docentes de planteles públicos tenía nombramiento; el resto, contratos ocasionales. Al fin de su ciclo -muestra los datos- solo el 9% tenía esta última condición.
“Mientras más nos acercamos al 100% es más difícil, hay plazas por las que nadie concursa en sectores rurales. Creo que en los últimos dos años aumentaron los contratos”, opina Espinosa y recuerda que con la reforma a la Ley de Educación, en el 2014-2015, se igualaron los sueldos de los profesores ocasionales y los titulares. Por eso le parece que no es un problema de presupuesto.
Yadira, de 39, tiene título de ingeniera comercial. Pero desde hace cinco años trabaja en la sección nocturna del Fiscal Benito Juárez, de 16:30 a 22:30. También está en el listado de elegibles del QSM6, por lo que conocer que se ha reactivado el concurso la tiene animada.
Gana USD 817 al mes. Ha rendido todas las pruebas y las ha pasado. Le gusta la carrera docente, trabaja con alumnos desde 18 años en adelante.
“Espero ganar el nombramiento definitivo, por la estabilidad, para mantener a mi hijo de 9 años”, responde. Y relata que al inicio fue muy duro enfrentar a colegas que no veían bien que alguien sin un título de docente haga su trabajo. Hoy incluso la dejan en casa, en sus autos, en la noche”.
Carlos, de 36 años, es profesor de matemáticas de un colegio fiscal grande de Quito, desde el 2016. Su título es de ingeniero en Administración de Empresas. También cuenta con la ‘elegibilidad’ del QSM6. Este último anuncio de reactivación del concurso le llena de esperanzas. Pero siente incertidumbre, pues su contrato finalizará el 30 de septiembre.
“He estado atento cada vez que salía un nuevo cronograma para la clase demostrativa, luego veía que se aplazaba, hasta que se estancó”, cuenta el padre de tres hijos, de 4 a 12.
La ministra Monserrat Creamer aseguró que el Gobierno hace un gran esfuerzo a nivel económico al reactivar el QSM6. Y anunció que analiza la forma en que aspirantes de otros concursos, que están en el servicio público, puedan recuperar la elegibilidad.
Angélica Bustamante, de 28, es elegible del QSM5. Espera una oportunidad, gana USD 400, la mitad del salario al ingresar al magisterio.