En la construcción del Metro se busca otorgar plazas de trabajo para mujeres en áreas directivas, estratégicas, administrativas y operativas. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO.
Cierre los ojos por un instante e imagine que hombres y mujeres del mundo, independientemente de su edad o condición socioeconómica, cuentan con las mismas oportunidades para desarrollarse dentro de una ciudad.
Por ahora aquello es una utopía, pero para que eso suceda trabajan representantes de varios países del mundo en Hábitat III, la Conferencia de las Naciones Unidas que habla de Vivienda y de Desarrollo Urbano Sostenible, presente en Quito y que por primera vez aborda temas de inclusión. Esta es su tercera edición, se realiza luego de 20 años.
Quienes participan en el diseño de la Nueva Agenda Urbana con miras a cumplirse en las próximas dos décadas incluyeron ese tema porque reconocen la necesidad de prestar especial atención a abordar las múltiples formas de discriminación que enfrentan los niños, niñas, jóvenes, personas con discapacidad, personas de la tercera edad.
También están pueblos indígenas, personas asentadas en terrenos ilegales, pequeños agricultores y pescadores, gente sin hogar, refugiados, desplazados internos.
También se lo incluyó, según Joan Clos, secretario general de Hábitat III, porque una ciudad próspera no se mide solamente por la cantidad de edificios que posee, sino también por la capacidad de mantener una interrelación entre todos los ciudadanos.
La incorporación de temas sociales en la Nueva Agenda Urbana obtuvo los aplausos de representantes de diversos grupos considerados vulnerables. José Benavides, presidente de la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Visual, fue uno de ellos. “Me parece interesante y maravilloso que en una reunión tan importante se hable de inclusión, porque hay muchas personas involucradas”.
Según ese directivo, Quito, por ejemplo, no brinda seguridad ni comodidad a las personas con discapacidad visual, pues en las aceras, por citar algunos ejemplos, hay postes contra los que se golpean con frecuencia, alcantarillas destapadas, semáforos sin sonido.
Aseguró también que carecen de señales que les indiquen dónde está la farmacia, el hospital o la panadería. “Muchas veces simplemente nos guiamos por los olores”, contó.
De acuerdo con información proporcionada por Benavides, en el país existen 373 000 personas con discapacidad visual, 7 000 de ellos viven en Quito. De estos últimos, “solo conocemos a 500”.
De acuerdo con María Fernanda Pacheco, presidenta de la Unidad Patronato Municipal San José, ente ejecutor de programas sociales en la capital, la única forma de apuntar al desarrollo de un país es cubriendo las brechas sociales y esas, sin duda, deben tratarse en este tipo de encuentros.
“No podemos tener dos mundos dentro de una misma ciudad. Tenemos que trabajar para alcanzar una ciudad que ofrezca igualdad de oportunidades para todos”.
Consciente de esa necesidad, la Alcaldía de Quito, a través del Patronato, impulsa desde hace dos años y medio proyectos y programas enfocados en la igualdad de oportunidades, con el fin de alcanzar la cohesión social.
Dos de ellos, precisamente, se expondrán en Hábitat III. Se trata de los Centros de Desarrollo Infantil Comunitarios -85 en total- y de la construcción del Metro de Quito con enfoque de género.
Con este último se busca garantizar seguridad a las mujeres dentro de las estaciones de transporte público.
Con los Guagua Centros, en cambio, pretenden romper el círculo intergeneracional de pobreza. “Dentro de 20 años esos niños seguramente ya no arrastrarán ese problema”.
Clos felicitó los proyectos desarrollados por los gobiernos locales del mundo. Sin embargo, aclaró que el Gobierno nacional juega un papel importante en la reducción de las diferencias entre los diversos sectores de la sociedad.
“Las políticas de inclusión y de redistribución de la renta son políticas estatales”. Añadió que los alcaldes carecen de un presupuesto para hacer frente a los gastos que supone la inequidad y citó un ejemplo: “Los países que han luchado contra la desigualdad lo han hecho con políticas nacionales, esfuerzos colectivos y políticas de redistribución”.