Rocky llegó al Ecuador en julio de 2015. Tras permanecer casi un año en el país, acompañando a su dueño por motivos académicos, regresará a Estados Unidos a su hogar permanente. Foto: Cortesía Sol Wandemberg
En próximo agosto de 2016, Rocky, el perro de raza weimaraner encontrado la tarde del viernes 1 de julio de 2016 en la avenida Amazonas y Robles, en Quito, tiene que regresar a Estados Unidos. Allí está su hogar.
Ése itinerario estuvo a punto de interrumpirse definitivamente por el repentino extravío del perro que, “gracias a la pronta intervención de la comunidad en las redes sociales, más la colaboración del COE Metropolitano”, terminó con la recuperación del can.
Así lo comenta Sol Wandemberg, propietaria del animal. Para la mujer, un descuido en la puerta del garaje en la vivienda donde permanecía Rocky pudo significar una pérdida lamentable en su familia.
En las primeras horas del viernes 1 de julio, el cuadrúpedo fue visto en los exteriores de la casa de sus propietarios, ubicada en la avenida 6 de Diciembre y Francisco de Orellana. Según Wandemberg, un guardia del sector divisó que la mascota fue subida por unas personas en el balde de una camioneta.
La familia buscó por los alrededores pero no logró encontrar al peludo. Su hijo Stefano, quién recibió el perro como regalo de Navidad en el año 2010, tras regresar de clases también colaboró con la búsqueda. Recorrieron el sector, pero el can no apareció por ningún lado.
Ante la situación, la mujer residente de los Estados Unidos no dudó en poner de inmediato el hecho en las redes sociales. “Busqué fotos para subirlas a Facebook y así alertar a mis contactos de la desaparición de Rocky. Solicité que mis amigos me ayuden a difundir la publicación y, sobre todo, a tratar de recabar cualquier información que me ayude a obtener el paradero de mi perro”, agrega.
La acción dio resultado y una usuaria de la red social comunicó que vio a la mascota y sabía de su paradero. Asimismo, el personal del COE Metropolitano recibió la alerta y el can fue puesto bajo su custodia hasta que sus dueños fueran por él.
“Cuando vimos a Rocky amarrado en un poste sabíamos que estaba muy asustado. Él viene de un hábitat distinto al de la capital ecuatoriana, sin embargo, la hospitalidad de las moradores fue importante para paliar el temor de mi perro”, comenta Wandemberg.
La mañana del viernes 1 de julio el can se aventuró solo a los exteriores de su vivienda. Otro weimaraner llamado Waldo lo acompañaba, pero solo Rocky se extravió o fue conducido por terceros fuera del sector.
El can cuando tenía 12 semana de vida. Foto: Cortesía Sol Wandemberg
Su permanencia en el país se debe a la presencia de su dueño de 18 años en la capital ecuatoriana por motivos académicos. En los primeros días de agosto de 2016 Rocky regresará a Estados Unidos, pero ya no a Florida. Tras realizar las gestiones de cambio de casa en Jacksonville, la familia se mudará a Los Ángeles, California, su nuevo hogar.
El paso de Rocky por Ecuador, en sus 6 años de existencia, casi marca su vida para siempre, sostiene Wandemberg. Pese a ello, también significó palpar la ayuda desinteresada y oportuna de los quiteños y las autoridades, quienes fueron claves en la pronta recuperación del perro.
La mañana del sábado 2 de julio el can será llevado a un revisión veterinaria para despejar cualquier problema de salud tras su desaparición. Además se le colocará una nuevo collar con placa de identificación.