Un equipo de EL COMERCIO constató que hasta las 11:30 de domingo había una veintena de personas a las afueras del Registro Civil del centro de Guayaquil, algunos estaban esperando por el trámite desde las 7:30. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los velatorios están prohibidos. Y darle el último adiós a un familiar o a un amigo fallecido puede resultar imposible en tiempos de emergencia sanitaria ante el avance del coronavirus en Ecuador. En Guayaquil, la ciudad con mayor número de infectados (408) por la cepa del covid-19, los funerales se desarrollan con de entre cinco y 15 personas según las regulaciones de cada cementerio.
La programación de los servicios fúnebres están además a expensas de los horarios y el personal limitado de los cementerios y del Registro Civil, que mantiene abierto su canal de atención presencial exclusivamente para el servicio de inscripción de defunciones, un trámite obligatorio previo a la inhumación.
El gobernador del Guayas, Pedro Pablo Duart, recordó el fin de semana que por disposición del Comité de Operaciones de Emergencias (COE) Nacional durante la emergencia sanitaria no se permiten velorios, ni servicios religiosos. “Debe realizarse únicamente el sepelio y, por seguridad, solo podrán asistir familiares directos”, apuntó a través de un comunicado.
En los nueve camposantos de Parques de la Paz se permite la presencia en los sepelios de solo cinco familiares directos, tampoco hay misas, ni velaciones y los cuerpos de los fallecidos llegan en los féretros directamente de los hospitales -o de sus casas- al lugar de la sepultura, refiere Juan Carlos Ramírez, jefe de comunicación de Parques de la Paz. Los entierros toman una o dos horas a lo sumo.
Parque de la Paz cuenta con camposantos en Pascuales, El Fortín, Durán, La Aurora, Daule, en el conurbado de Guayaquil, además de en Babahoyo (en la provincia de Los Ríos); y de Machala, Pasaje y Santa Rosa (en El Oro). Los nueve cementerios siguen los mismos protocolos y se mantienen operando con el personal estrictamente necesario en los horarios que permite un toque de queda que para Guayas rige de 16:00 a 05:00.
Los féretros siguen desembarcando en las Salas de Velaciones de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, donde pocos deudos esperan para dar sepultura a sus familiares fallecidos. Fotos: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
En los camposantos se han extremado medidas de seguridad tanto para casos de fallecimientos por coronavirus (Ecuador registró ayer un aumento de siete a 14 muertes por covid–19) como para las otras causas de muerte. “Los procesos de seguridad de manejo de cadáveres son más minuciosos, con trajes de alta seguridad que cubren el cuerpo y máscara”, informó Ramírez. “Si existe el indicio de coronavirus, el cofre se mantiene cerrado y en el féretro el cuerpo está metido dentro de la funda de manejo de cadáveres (…) El Ministerio de Salud Pública recomienda creamatorio para covid–19”
Las funerarias registran por su parte problemas para programar a tiempo los servicios fúnebres, pues la atención del servicio de inscripción de defunciones es limitada en las oficinas del Registro Civil, que atiende a pocas personas a la vez como una medida de prevención ante los contagios.
La entidad trabaja de lunes a viernes de 8:00 a 14:00, pero el fin de semana la oficina central de Guayaquil, en la avenida 9 de Octubre y Pichincha, solo trabajó hasta las 12:00 dejando a una decena de usuarios sin poder completar el trámite para sepultar a sus familiares, refirió Fabiola Franco, de la Funeraria Alache en Guayaquil.
“El problema es que las filas de usuarios son largas y no se termina de atender a todos”, indicó Franco. “Todo el sistema está trabajando con horario reducido y con pocos empleados, estamos haciendo lo imposible para poder sepultar a los fallecidos hasta al día siguiente (de la muerte)”.
Un equipo de EL COMERCIO constató que hasta las 11:30 de este domingo 22 de marzo había una veintena de personas a las afueras del Registro Civil, del centro de Guayaquil. Algunos estaban esperando por el trámite desde las 07:30, a cada persona que logra entrar le toma una media hora el certificado de inscripción de defunción.
En la Funeraria Alache de la 25 de Julio, en el sur de Guayaquil –la empresa tiene cinco sucursales en la ciudad-, están atendiendo cuatro servicios fúnebres diarios cuando lo normal es entre uno y dos. “El aumento se debe a que no todas las funerarias están laborando, nosotros logramos sacar el salvoconducto”.
En medio de la emergencia se presentan casos como el de una mujer de 66 años que murió de un infarto la noche del miércoles 19 de marzo en su domicilio de la ciudadela Sauces 2, en el norte de Guayaquil. La familia negó que haya muerto por covid–19.
Los vecinos denunciaron que el cadáver permaneció casi 18 horas en la casa junto a la familia hasta que se procedió al levantamiento respectivo. Juana Ríos, una vecina, sostuvo indignada que los familiares y los vecinos -ante los gritos en la casa- solicitaron ayuda a través del sistema de atención a emergencias Ecu-911 pero “las ambulancias nunca llegaron”.
El Gobernador del Guayas informó en sus redes sociales sobre este caso. La entidad agilitó “el retiro del cadáver de la señora de 66 años” y “gestionó la cremación de su cuerpo” en los servicios de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, según informó Duart, pero no ofreció explicaciones sobre la tardanza de los servicios de asistencia.