La mañana de este jueves 14 de mayo del 2020, una mujer -de 63 años- se desplomó en una calle del sur de Quito. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
La escena parece repetirse en diferentes puntos de Quito: personas que de pronto se desploman y mueren. Luego Criminalística señala, de forma general, que hay la sospecha de que la víctima pudo tener covid-19. Pero médicos consultados por EL COMERCIO descartan que este virus produzca muerte súbita.
“Debemos estar claros, seguramente las personas que fallecen en las vías no debieron haberse encontrado del todo bien. Algún síntoma tienen que haber presentado antes. De covid-19 no se muere abruptamente. Ni siquiera ocurre eso con pacientes graves, que se encuentran en las unidades de terapia intensiva de los hospitales. Nosotros vamos observándolos y por su cuadro se puede anticipar que morirán”, explica Manuel Jibaja, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Eugenio Espejo, de Quito.
Para David Larreátegui, infectólogo, es muy difícil hablar sobre las causas de la muerte de personas que se desploman en la vía pública. Asegura que es necesario hacerles la prueba para saber si tenían o no este coronavirus, que en Ecuador ya registra 30 502 casos confirmados. En Pichincha, 2 339 casos, hasta este jueves 14 de mayo del 2020.
Larréategui menciona un estudio realizado en China, que mostró que la primera causa de muerte no fue covid-19 sino otras patologías. “La gente tiene miedo de ir a los hospitales, en estos meses. Evitan acudir a consultas médicas por temor a contagiarse con este virus. Y entonces hay patologías exacerbadas, que dan lugar a insuficiencia cardiaca, infarto del miocardio, tromboembolia pulmonar y otras.
Los pacientes nefrópatas crónicos, oncológicos y con VIH, entre otros, no pueden ser asistidos a través de llamadas telefónicas, requieren ver al médico. También necesitan sus medicinas. Y, dice Larréaregui, eso no ha sido posible en muchos casos.
“El covid-19 no provoca muerte súbita. Pasa que el sistema de salud está colapsado también, acceder ahora es más complejo”, señala el médico.
Manuel Jibaja, intensivista, descarta que solo en Quito se produzcan casos de personas que se desploman en la calle y mueran. También pasó en Guayaquil, dice. Y pide a los ciudadanos tomar en cuenta ciertos signos, señales. “Si les han confirmado que tienen covid-19 o si tienen la sospecha de estar infectados y se están cuidando en casa, igual necesitar ser monitoreados. No pueden a última hora buscar atención y sobre esforzarse. Hay personas que no creen que esta enfermedad puede ser grave y piensan que es solo una tos“.
El doctor Jibaja aconseja estar atentos a fiebre alta y más que nada a la dificultad para respirar. “No es cansancio, como el que se siente al hacer actividad física. Esa dificultad para respirar es un signo de alarma. Deben comunicarse con un médico, aunque le hayan dicho en primera instancia que se mantenga en casa, tiene que contarle lo que está sintiendo. Más si se trata de adultos mayores, si no puede respirar es que el covid-19 ya afectó a su pulmón”.
Médicos de otros países hablan de la ‘hipoxia silenciosa’, un nivel de oxígeno en la sangre muy bajo, al que incluso se acostumbran y no presentan más síntomas.
En una publicación de National Geographic se dice que la diferencia del covid-19 con otras enfermedades respiratorias es que ésta puede privar al cuerpo de oxígeno lentamente sin causar problemas para respirar al inicio. Para cuando las personas tienen disnea o sienten presión en el pecho (unos de los síntomas que figuran como señales de alerta urgentes), ya se encuentran en una situación grave.
“La hipoxia silenciosa ha sorprendido a muchos médicos. Algunos pacientes tienen una oxigenación en sangre tan baja que se esperaría que fueran incoherentes o que estuvieran en shock. En cambio, están despiertos, tranquilos y receptivos, hablan con los médicos y usan sus teléfonos móviles. Aunque se conoce la fisiología básica de por qué estos pacientes no sienten problemas para respirar de inmediato, los científicos aún tratan de comprender cómo afecta exactamente este virus al cuerpo y por qué esta enfermedad en particular puede dejarte sin respiración de forma silenciosa”.
Ayer, miércoles 13, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, dijo que hay 92 camas en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de Pichincha. Y que 64, es decir el 58%, están ocupadas. Las camas del IESS se encuentran llenas, afirmó. También adelantó que tienen un plan para ampliar la capacidad hospitalaria. Se anunció que anoche se conocerían detalles, hasta este día no se ha brindado más información. Tampoco se ha respondido a pedidos de este Diario.