Entrevista a Patricia Morejón, fiscal provincial del Guayas. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
La fiscal del Guayas, Patricia Morejón, asegura que no logró terminar de leer la carta que dejó William, el niño de 12 años que se suicidó en noviembre del 2017, en Guayaquil, porque era víctima de bullying.
Estudiaba en el mismo plantel público del sur de la ciudad en donde la niña Brithany, de 11 años, fue supuestamente agredida por un grupo de compañeros, dos días antes de su muerte.
La Fiscalía abrió de oficio una investigación por presunto delito de odio, tras el suicidio de un alumno en el colegio, en donde también estudió Brithany. ¿Cómo llegaron a ese caso?
Cuando fuimos a dar el pésame a los padres de la niña Brithany, le consulté a una funcionaria del Ministerio de Educación si era cierto que hubo un caso anterior en ese colegio. Me dijo que sí, y que ese caso sí había sido bullying porque el de la niña era una agresión entre pares. Empecé a investigar.
¿Qué más supo?
El niño dejó una carta responsabilizando a un grupo de personas por bullying. No tenemos como tal el delito de bullying, pero sí tenemos el delito de odio. Al parecer, él sufría actos de odio. De acuerdo a lo que dice la carta, de todo esto conocían los profesores. Quizá se pudo evitar la muerte de la niña Brithany, si con esa carta se tomaba alguna medida.
¿Cuál debe ser el rol de las autoridades educativas? Hubo dos expedientes de acoso escolar y los responsables fueron separados de la institución.
Hay la obligación de denunciar, no solo los casos de abuso sexual, sino cualquier delito penal.
Es decir, ¿hay que judicializar estos casos?
Claro. El Código Orgánico Integral Penal, en el artículo 177 dice: quien cometa actos de violencia física o sicológica de odio, contra una o más personas, por su nacionalidad, etnia, edad, sexo, identidad de género u orientación sexual… será sancionada con privación de libertad de uno a tres años. Y si los actos de violencia causan heridas o producen la muerte será sancionado con pena de 22 a 26 años.
En este caso, ¿cuál es la responsabilidad del docente al no denunciar?
Serán investigados por actos de odio por omisión. Pudieron evitar esto, sobre todo la muerte de la otra niña. El niño dejó una carta explicando el motivo de su suicidio; ya no soportaba más el acoso de sus compañeros. Si los niños agresores son de 12 años en adelante, también los investigaremos.
¿En la carta hay algún indicio del origen de la violencia?
Al parecer el niño nació en Guayaquil, pero su origen era la Sierra. Como indígena parece que tenía su cultura muy arraigada. Parece que también le agredían por eso.
¿Antes de estos casos de violencia escolar han registrado otros similares, que se investiguen?
Fui fiscal de adolescentes infractores y al día como mínimo tenía de cuatro a cinco audiencias. Las cifras de esos casos son muy altas, pero no se pueden hacer públicas ni los tipos penales, por la justicia penal restaurativa.
¿En qué consiste?
En no tratarle como a un delincuente, en reinsertarle en la sociedad. No podemos criminalizarlo; sus expedientes deben ser incinerados, así dice el Código de la Niñez. Cuando cumplen 18 años, así hayan tenido 20 detenciones, no se registra. Pese a ello, el adolescente (de 12 hasta antes de cumplir 18 años de edad) debe saber que no es inimputable.