La rana Pristimantis hampatusami se caracteriza por tener individuos de varios colores dentro de su misma especie. Además tienen las ingles amarillas y tienen un pequeño tubérculo en el párpado y en el talón. Foto: Cortesía Mario Yánez
Científicos ecuatorianos descubrieron tres especies nuevas de ranas terrestres del género Pristimantis en la provincia de El Oro, al suroccidete de Ecuador.
Los primeros indicios de su existencia se dieron en el 2003 en un proyecto con la fundación Jocotoco en la Reserva Biológica Buenaventura.
Se trabajó hasta julio del 2016 para la publicación de un artículo que evidencia su descubrimiento. Los tres individuos recibieron los nombres en kichwa.
“Decidimos no bautizar a estas especies con nombres en latín, en inglés ni con nombres de especialistas”, afirma Mario Yanez director del Museo de Ecuatoriano de Ciencias Naturales.
Pristimantis kuri se caracteriza por unas manchas blancas y negras presentes en las ingles. Tiene tubérculos en los párpados y en las extremidades. Foto: Cortesía Mario Yánez
La primera recibió el nombre de Pristimantis kuri porque el nombre de la provincia donde se la halló se traduce como ‘kuri’ en kichwa. Tiene unas manchas blancas y negras muy llamativas en su vientre.
En los últimos remanentes de bosque nublado de la provincia, los investigadores encontraron a una rana que presentaba rayas de color crema y tubérculo a los flancos.
La bautizaron como Pristimantis allpapuyu, pues allpa significa “tierra” y puyu “neblina”. Esta especie tiene características morfológicas muy parecidas a otros individuos que se encuentran al nororiental del país.
Es decir, completamente al lado opuesto del Ecuador. Esto podría significar que hace millones de año las dos ranas eran solo una especie, pero con la aparición de los Andes se convirtieron en dos especies diferentes que aún mantienen sus
Pristimantis allpapuyu presente en los bosque nublados. Es la más grande de las tres especies, y tiene unos pliegues de piel casi endurecidos en la cabeza. Foto: Cortesía Mario Yánez
La última especie se llama Pristimantis hampatusami, que significa “sapo variable”. A pesar de ser de una misma especie, los individuos varían de color.
“Las hembras tienen por lo menos tres patrones de colores y los machos tienen cerca de cinco”, dice Yánez. Algunos individuos tienen unas manchas encima de la cabeza, otros una banda que conecta a los dos ojos y unos cuantos presentan una ‘W’ en la espalda de color café.
Unas marcas amarillas rodeadas de café rojizo en las ingles son lo más llamativo de esta especie. El género Pristimantis representa entre el 34% y 46% de la diversidad total de los anfibios en el mundo.Están presentes desde los 400 metros sobre el nivel del mar, en bosques de la costa, hasta los 3 900 msnm en los páramos.
A pesar de su diversidad aún queda mucho por descubrir. De hecho, se estima que casi la mitad de las especies -entre los 600 y 2900 msnm- permanecen en la incógnita.